Mucha agua pasó bajo el puente desde aquel 2015 cuando por decisiones personales colgó el buzo de Estudiantes de la Plata después de 8 meses y un 62% de efectividad como entrenador. Ahora, más tranquilo y hasta sonriente, ha terminado una exitosa pretemporada y puesta a punto de su equipo a nivel físico y táctico, según afirma el propio Gabriel Milito.

2019 es el año donde vuelve al banco de suplentes del “Pincha” con dos propósitos: jugar de igual a igual y competir bien.

Milito trabaja a estudiantes como a todos sus equipos, buscando una identidad independientemente del sistema utilizado. En su historia pasada en Estudiantes alternó los números a su conveniencia: 4-3-3, 4-2-3-1 y hasta 3-5-2 en su versión más arriesgada, hoy trabaja la solidez de un 4-3-3 que lo ha puesto en un lugar de jerarquía por encima de sus últimos rivales. 

Gabriel milito es agradecido

Trabaja en conjunto con la dirigencia y deja atrás los rumores que afirmaban sus diferencias con Juan Sebastián Verón.Los jugadores que pidió van cayendo de a poco al predio de City Bell y los integra al resto. Da lugar y cada vez más responsabilidad a los juveniles, potencia el oficio en los más experimentados del plantel y así los tiene a todos bien conectados. 

El Pincha juega con destreza. Ese equipo que de apoco va ganando terreno, se vale de sus delanteros mixtos, los volantes con llegada, sabe reconocer y aprovecha los errores del rival, saca ventaja de la pelota parada, la trabaja muy bien Milito. En fin, con convicción siempre consigue lo quiere, quizás haya sido algo bien aprendido en su carrera como jugador del Barcelona.

Y así empezó el torneo. Debutó con triunfo ante Aldosivi en La Plata. Gol que llegó después de un centro por derecha. No sólo intenta trabajar como él aprendió en el Barcelona, también se adapta muy bien a la escuela del Narigón.