El conjunto de Milito dispuso de las mejores opciones en el encuentro ante Chapecoense, pero pagó caro la falta de contundencia y no pudo rompero el 0. Maximiliano Meza, en su debut, desperdició la más clara.
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Lo buscó. Tuvo la pelota, la paciencia y las situaciones. Le faltó el gol. Independiente mereció más que un empate en la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, pero la falta de profundidad y contundencia le jugaron una mala pasada y no pudo superar al ordenado Chapecoense en Avellaneda.
Lo mejor del Rojo se vio por su banda izquierda. Rigoni y Tagliafico fueron el motor y los generadores de los ataques más claros. Una proyección del lateral casi termina en gol en contra en el primer tiempo, mientras que el ex-Belgrano fue la principal preocupación de la defensa brasilera a lo largo de todo el partido.
De todas formas, si Independiente estuvo cerca de ganarlo fue a través de su flamante refuerzo, Maximiliano Meza. En su primera intervención después de haber reemplazado a Martín Benítez, el volante dispuso de un mano a mano frente al arquero en el que su zurdazo se fue apenas ancho. No fue su única oportunidad frente al arco, aunque las otras tres tuvieron el mismo desenlace.
Independiente y Chapecoense se volverán a encontrar el próximo miércoles 28 de septiembre en la ciudad de Chapecó para definir cuál de los dos avanza a la próxima fase de la Copa Sudamericana.