El seleccionado uruguayo vivió una odisea para arribar a Philadelphia, ciudad donde deberá medirse ante Venezuela, luego de que se abortará en dos oportunidades el despegue del avión que lo trasladaría desde Phoenix.
La Copa América Centenario se ha teñido de negro para la selección que gritó campeón en aquel torneo fundacional disputado en 1916. No sólo perdió a Luis Suárez, su máxima figura, para los primeros partidos; no sólo confundieron su himno con el de Chile; no sólo cayó con contundencia ante México, no sólo el entrenador mexicano dejó expuesto a Giménez como profesional; sino que ahora también tuvo grandes complicaciones para trasladarse a la ciudad donde el martes deberá sumar sus primeros puntos ante el seleccionado Vinotinto.
El avión al que abordó la delegación de Uruguay tuvo que abortar dos despegues por una falla en una de sus turbinas, generando momentos de gran tensión e incertidumbre. Claro que pudo ser peor, porque la historia pudo ser trágica si la misma falla se hubiera producido en pleno vuelo.
Por fortuna, los inconvenientes quedaron apenas en una anécdota que no hace más que mostrar que la presente Copa América no ha recibido a los uruguayos como merece un equipo que fue el primero en levantarla. ¿Podrán los guerreros charrúas torcer la mala racha y festejar en el año del centenario?
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