Mucho se habló de lo inédita que fue la programación de la final de la Copa Libertadores entre Boca y River. No obstante, la justificación fue la idea de copiar el formato de la Champions League, donde las definiciones se juegan los sábados.

Por eso, sonaron tan extrañas las declaraciones de Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, quien menospreció al máximo torneo de clubes de Europa.

A Domínguez le preguntaron sobre su meta que la final de la Libertadores sea mejor que la de Champions y soltó: "Yo siempre dije que va a ser diferente. No es lo mismo ver fútbol de verdad que ver fútbol de PlayStation", dijo en una entrevista con La Nación.

Mientras que el Superclásico entre Boca-River tiene mil imprecisiones de organización, es difícil imaginar que una definición sudamericana supere en cuanto a nivel a una europea.