Aunque el Mundial de Brasil 2014 no terminó como la Selección Argentina había soñado, producto de la derrota ante Alemania en el tiempo de adición de la final, Javier Mascherano se fue erigido de allí como bandera, como uno de los grandes líderes del plantel.

Sin embargo, el camino a la Copa del Mundo que se disputó en 2018 en Rusia, y el torneo en sí mismo, le cambió la realidad al mediocampista, que tuvo que acostumbrarse a convivir con la crítica, tanto futbolística como extrafutbolística.

En diálogo con 90 Minutos de Fútbol, Javier Mascherano, ya retirado del seleccionado, reflexionó sobre esta situación: "Quizás me hubiera tenido que ir después de la final con Alemania y era todo color de rosa, pero yo no soy así. Quería seguir jugando para la Selección", expresó.

El Jefecito se mostró consciente que el fútbol le puede cambiar la realidad a un jugador de un momento a otro, tanto para bien como para mal, pero no se reprochó ninguna de sus acciones como el líder del plantel en el que se convirtió.

"Creo que por momentos se me ha hecho cargo de un montón de cosas. Se llegó a pensar que yo era el que manejaba todo ahí adentro, como si fuera el presidente de la AFA. Yo siempre fui alguien que trató de unir, de crear un clima bueno para que fueran bien las cosas", concluyó.