Durante los primeros partidos de Dak Prescott, el mariscal de campo quedó bastante expuesto ante la falta de un receptor abierto de calidad, por lo que los Dallas Cowboys debieron pagar un gran precio para solventar ese problema.

En este sentido, Jason Garrett y compañía debieron enviar un pick de primera ronda a los Oakland Raiders a cambio de los servicios de Amari Cooper, uno de los receptores más cotizados y prometedores de la liga.

Si bien fueron criticados por el elevado precio de este traspaso, el ex de la Universidad Alabama ha demostrado rápidamente que está a la altura del compromiso, convirtiéndose en el arma favorita de Prescott.

En 16 cotejos con el Equipo de la Estrella Solitaria, Cooper ha concretado 98 recepciones para 1.408 yardas y 12 recepciones de anotación, números sumamente sólidos que, indiscutiblemente, le otorgarían un lugar en el Pro Bowl si se tratara de una sola temporada.

Asimismo, Cooper ha dado mucho de qué hablar esta campaña con 32 recepciones en 43 lanzamientos para 512 yardas y 5 recepciones de anotación, incluyendo un espectacular desempeño ante los Green Bay Packers con 226 yardas y un par de touchdowns.

La presencia de Cooper le ha quitado mucha presión de los hombros a Prescott, además de permitirles a los Cowboys presentar una ofensiva mucho más balanceada con Ezekiel Elliott como su motor y revulsivo.

Aún los Cowboys tienen que solventar muchos problemas a la ofensiva, especialmente ante equipos ganadores, pero, hasta el momento, queda claro que Cooper pagó con creces lo que debieron dar por él.