Una vez en el vestuario del estadio Malvinas Argentinas, los jugadores de Boca celebraron el histórico triunfo ante River saludando a cámara con los cinco dedos de la mano.

Cinco goles y todas sus variantes. Seguramente el número perfecto para aprovecharse del rival, por contundencia, por gestualidad, por juego de palabras, el número del clásico volante central pasará a formar parte del inmenso catálogo de la cultura superclásica.

Uso de ello hicieron los jugadores de Boca, quienes en un vestuario repleto de euforia y de revancha regalaron el saludo de sus manos en toda su extensión. Por Cristaldo, por Palacios, por Chávez, por Calleri y por Betancur. Por todos ellos y por los demás, por el sufrido Gigliotti y por el optimista Arruabarrena.

La felicidad desborda. El verano dio revancha con dos victorias ante River y el pasaje a la fase de grupos de la Libertadores. Lo saben los jugadores, y no lo piensan ocultar.

Era hora de unja foto feliz para un grupo que sufrió demasiado. Y vaya retrato se regalaron.

+La foto del 5 a 0