El chileno definió con calidad un penal en el minuto 97 para que Arsenal supere, con uno menos, al Burnley por 2-1. Tremenda la explosión en las gradas del Emirates.

Si el hincha de Arsenal aún conserva cierto grado de ilusión ante tantos años de desesperanza, es todo gracias a Alexis Sánchez. El legendario Wegner ya no enamora a los fanáticos, el juego vistoso no se sostiene y los títulos siempre están cerca, pero no llegan.

Aún así, el chileno es el faro para que este barco medio tambaleante mantenga el curso. Porque habían empatado Tottenham y City, porque Liverpool había perdido; y ganarle al Burnley lo podía dejar como único escolta del puntero Chelsea.

Mustafi abrió la cuenta a los 59, pero unos minutos más tarde los Gunners sufrían la expulsión de Xhaka. Los 8 minutos de descuento iban a ser una pesadilla interminable, y así parecía decantarse: Gray arruinaba la fiesta con un gol en el minuto 93.

Pero Alexis tenía otros planes y se hizo cargo de un penal en el minuto 97 con un toque suave y al medio que hizo delirar de alegría al Emirates Stadium.

¿Se quedará el chileno en Londres? ¿O le ha quedado chico ya este barco?

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