Un padre y un hijo en una habitación recuerdan una historia que parece del pasado pero en realidad, todavía, no sucedió. El video que lanzó Tigres en la previa de la final de Copa Libertadores es una verdadera joyita.
El recuadro de Lionel Messi en la pared del cuarto de un niño en algún lugar de la Argentina comienza a pintar la situación y el relato se adueña de la escena.
Una historia de conquistas se transmite de generación en generación. Es la hazaña de una raza llegada desde el norte, recorrida con nostalgia por los vencidos.
“Los subestimamos mucho, pero eran bravos”, le dice el padre a su hijo, y después agrega, resignado: “Nos quitaron todo lo que creíamos que era nuestro”.
Sin poder resistir más la incógnita, el niño se decide a preguntar quiénes eran esos hombres. Y esos hombres, claro, no eran hombres.
Eran Tigres.
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