Desde su llegada a las Grandes Ligas, pocos peloteros han sido tan sensacionales y generado más emoción entre los fanáticos que Aaron Judge, llamado a ser el nuevo rostro de la franquicia de los New York Yankees.

Gran defensor, rápido, atlético y sobre todo muy potente, en el bate de Judge descansan las esperanzas de los Bombarderos del Bronx a la ofensiva, al menos en lo que respecta al futuro cercano.

Es por eso que en el seno de la organización deben estar muy preocupados por el marcado descenso en la producción que presenta el patrullero una vez que debe salir del Yankee Stadium.

Y es que, a lo largo de su carrera, los números a la ofensiva de Judge dejan muchísimo que desear cuando le toca estar de visitante, tanto en la temporada regular como una vez que llegan los playoffs.

En ruta, Judge únicamente batea para .233/.355/.472 antes de octubre. Una vez que su equipo clasifica a la postemporada, sus números son incluso peores (212/.305/.442), una tendencia que deberá mejorar a como dé lugar la próxima temporada.

Si tenemos en cuenta que Judge tiene promedios de .272/.381/.540 de por vida, este declive tan considerable en su producción se hace aún más preocupante.