Debut inolvidable para Gonzalo Rehak en Independiente. El joven arquero del Rojo jugó su primer partido en cancha de Racing, se lesionó, atajó un buen disparo de Ibargüen y lloró como nunca en su vida. Sí, de todo.

Después del duelo, el portero contpo sus sensaciones:“Disfruté mucho el partido y en esa que tuve que sacar no me pasó nunca en mi vida que me tire el recto, aguanté lo más que pude pero no podía más y por ahí le hacía mal al equipo, Damian (Albil) se merecía su oportunidad”.

Fueron muy emocionantes los minutos donde el 1 lloraba de dolor. Fue el propio Rehak quien explicó qué le pasaba por la cabeza:“La alegría que tengo es inexplicable. Lloré por bronca de no poder terminar el partido más lindo de mi vida, es lo único que opacó la noche pero me voy contento y feliz, aguantamos, ganamos y así que feliz”.

“Es algo que nunca soñé, siempre dije que quería jugar porque estaba preparado y nunca me imagine que iba a ser el clásico y de visitante, recibí muchos mensajes y la felicidad es mucha”, cerró.

¡Felicitaciones, pibe!