Patear el penal que te puede llevar a la final es una de las cosas que desea cualquier futbolista. Desde la infancia, los niños imaginan un estadio repleto y, en su cabeza, en frente está la posibilidad de consagrarse. Todo un deseo que sólo algunos pocos lo pueden concretar.
Diego Rolán tuvo su oportunidad. El uruguayo, de gran temporada, caminó los peores 50 metros en soledad absoluta en la definición de penales ante Monterrey y, en su cabeza, siempre tuvo lo que iba a realizar: emular a su compatriota, Sebastián Abreu.
El Loco fue el artífice de una de las acciones mundialistas más recordadas de los últimos tiempos, al picar el penal decisivo ante Ghana, lo que a la postre los clasificaría a la semifinal de Sudáfrica 2010.
Ahora era Rolán el que tenía su oportunidad, sin embargo, no contaba con que Luis Cárdenas iba a quedarse de pie para parar el disparo con el pecho.
El delantero de 26 años pasó del heroísmo a convertirse en villano en cuestión de segundos, ya que Rayados clasificó a la final de la Copa MX, eliminando a Juárez.