La Selección Argentina tocó el cielo con las manos dos veces en su historia. En 1978, bajo el mando de César Luis Menotti, y en 1986 con la conducción de Carlos Salvador Bilardo.

Las ideologías de cada uno, totalmente contrarias, generaron una grieta definitiva en la sociedad futbolera que sigue hasta el día de hoy: priorizar el funcionamiento del equipo o ganar como sea.

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Pero el tiempo pasóyel ahora director de Selecciones Nacionales, por primera vez, demostró una postura que nos dejó a todos con la boca abierta.

Pasa que le preguntaron por la mala actualidad de Rosario Central, club con el que se siente más que identificado.

Y su respuesta fue lo que nunca imaginamos que escucharíamos salir de su boca: “Yo quiero que jueguen bien, pero antes que perder, que hagan un gol con la mano”, disparó.