Después de varios tropezones, Barcelona visitó al Sevilla este sábado en el Sánchez Pizjuán sabiendo que necesitaba ganar o ganar.

Lionel Messi, quien venía de marcarle al Elche en la goleada en el Camp Nou, había asistido a Ousmane Dembélé para abrir el marcador. 

Sin embargo, en el segundo tiempo no había podido marcar el gol suyo y Sevilla avisaba una y otra vez cerca de Marc-André ter Stegen que podía empatarlo.

Pasado los ochenta minutos, Messi se encargó de marcar el 2-0 para el Barcelona de Ronald Koeman, quien todavía puede soñar por LaLiga.

 

El canterano Ilaix Moriba le devolvió una pared de taco y el argentino se marchó mano a mano contra Bono.

Primero falló, pero en el rebote anotó de derecha el segundo gol del Barcelona.