Apenas cinco minutos le duró a Arabia Saudita la posesión del balón que había pregonado su entrenador Juan Antonio Pizzi en la previa al partido con Rusia que inauguró formalmente el Mundial de Rusia.
Después, fue un cachetazo tras otro hasta el marcador final de 5-0 en favor de los locales, que dejó al seleccionado asiático anímicamente destrozado.
Con el dolor como mochila, Juan Antonio Pizzi accedió a la sala de conferencias, como es obligación en una competencia FIFA. Pero allí se encontró con una pregunta inesperada, incluso después de semejante derrota.
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Al argentino le sugirieron si ya era hora de abandonar el seleccionado saudí, habiendo disputado apenas un partido en la Copa del Mundo. Pizzi, acusó el golpe, tragó saliva, y soltó:“Es muy buena su pregunta, sobre todo para mi estado de ánimo. Yo tengo una filosofía de trabajo, me preocupo por hacer lo mejor posible para transmitir lo que pretendo. Todo lo que esté a mi alcance, trato de hacer lo mejor posible. Decisiones que no están en mis manos, se mantienen fuera de mi alcance. Voy a seguir trabajando y confío plenamente en que vamos a tener una mejor performance en el próximo partido”.