Nicolás Orsini parece ser el primer delantero apuntado por Boca Juniors para el próximo mercado de pases. El jugador de 26 años es uno de los pretendidos por Juan Román Riquelme y compañía para reforzar una delantera que, casi con seguridad, perderá a Franco Soldano y Mauro Zárate. De hecho, este último ni siquiera concentró para el duelo ante The Strongest e incluso ya se despidió de sus compañeros.

Pero este presente con goles y gran actualidad en Lanús es solo el resultado de una historia repleta de idas y vueltas para un futbolista que vivió en carne propia el ascenso y jugó en ligas que al común de los argentinos pueden resultarle totalmente exóticas. EnBolaviprepasamos la carrera de uno de los posibles refuerzos para Miguel Ángel Russo.

Orsini se inició como volante por derecha en el club Tiro Federal de su ciudad, Morteros. Del Federal B saltó sin escalas a Primera para ponerse la camiseta de Atlético Rafaela.Apenas con 21 años, rescindió contrato en La Crema y comenzó su periplo por el mundo. El primero de sus exóticos destinos fue el Tokushima Vortis de la segunda división japonesa.

No llegó a jugar por problemas burocráticos.

En aquel país no tuvo casi oportunidades, ya que el club al que llegó necesitaba desprenderse de un extranjero para liberar cupos. De ahí, se fue cedido a la segunda división de Corea del Sur, donde lo esperaba el Anyang.Anotó un gol en 7 partidos antes de partir al SV Horn de la primera división de Austria. El modesto equipo estaba gerenciado por Keisuke Honda, estrella de Japón en el Mundial de Sudáfrica 2010. Jugó 27 veces con esa camiseta y convirtió 2 gole, pero lo más destacado fue verlo jugar ¡con una bufanda! para combatir el frío del pueblo donde vivía.

En 2017 volvió a Japón para sacarse la espina de su primera mala experiencia. Lo hizo jugando para el Fagiano Okayama, donde dejó una gran recuerdo en los hinchas que hasta el día de hoy siguen militando por su vuelta.

Pese a haberse mimetizado completamente con las costumbres niponas, no dudó en pegar la vuelta cuando lo llamó Sportivo Luqueño. El equipo paraguayo buscaba un delantero para la Copa Sudamericana y él aportó con 4 goles en 16 juegos.

Mareado de tantas vueltas, regresó a la Argentina para ponerse la camiseta de Sarmiento de Junín. En El Verde explotó su faceta goleadora convirtiendo 11 goles en 29 partidos y despertó así el interés de varios equipos de primera. Lanús le ganó la disputa a Newell’s y se llevó al punta de moda en la B Nacional. Le costó adaptarse en su primera temporada como jugador Granate, pero en 2020 conquistó a los hinchas a base de goles e intervenciones claves.

No ha sido el mejor 2021 para el trotamundo de Morteros, pero es evidente que en el Xeneize le ven las condiciones necesarias para suplir el ‘trabajo sucio’ de Franco Soldano. Le vaya bien o no, su llegada a Boca ya será considerada un triunfo para un luchador del fútbol argentino.