El 2019 fue un año convulsionado en Boca. Luego de no poder obtener la Copa Libertadores en la final de Madrid, muchos de los jugadores que integraban el plantel, y que sobre todo eran claves, decidieron emigrar en busca de nuevos desafíos.
Incluso en la dirección técnica hubo modificaciones, ya que asumió Gustavo Alfaro reemplazando a Guillermo Barros Schelotto. Desde su llegada, el ex DT de Huracán buscó refuerzos para suplantar las salidas, y uno de sus primeros objetivos era un volante central.
Fueron varios los nombres que sonaron en esa posición, pero quien terminó arribando fue Jorman Campuzano, hasta hoy un titular importante en el esquema de Boca. Pero, según había trascendido en aquel entonces, el jugador que le quitaba el sueño a Alfaro era Leonardo Gil.
El Colo Gil era clave en el Rosario Central campeón de la Copa Argentina y con la salidas de Nández y Pablo Perez, era el apuntado por Alfaro y Burdisso para reforzar Boca pero, finalmente terminó emigrando al fútbol árabe, para llegar finalmente al Colo Colo de Chile en marzo de este año a préstamo.
Y tras una inminente negativa del equipo “Cacique” para comprar su pase, el oriundo de Río Gallegos deberá volver al Al-Attihad en diciembre de 2021. A menos que nuevamente,y con un contexto hasta dirigencial totalmente distinto en Boca, Riquelme levante el teléfono y le ofrezca de arribar a Brandsen 805. Aún no es algo que esté en los planes del Consejo del Fútbol, pero si ya interesó una vez, puede volver a sonar su nombre.