En pleno clima de incertidumbre que atraviesa a Boca, viviendo horas decisivas en la búsqueda de su próximo entrenador, con Miguel Ángel Russo como principal candidato, una aparición inesperada agitó la nostalgia del mundo Xeneize con un guiño desde el Viejo Continente. Carlos Bianchi, el técnico más ganador de la historia del club, volvió a escena y lo hizo a lo grande.

Lejos del ruido de la Bombonera, Bianchi fue protagonista de un momento emotivo en el Stade de France, en la previa a la final por la Copa de Francia que el PSG le ganó 3-0 al Reims, los dos equipos que vieron brillar al Virrey como goleador en su etapa como futbolista.

El ex técnico de 76 años fue Invitado de honor y encargado de ingresar al campo con el trofeo en sus manos, con la intención de mostrarlo ante las más de 80 mil personas presentes y dejarlo preparado para la salida de los equipos. En medio, recibió la ovación de cada hincha.

El reconocimiento no fue casual: en Reims convirtió 139 goles en 162 partidos; en PSG, otros 71 en apenas 80. Un monstruo en números, ídolo en ambos clubes y figura eterna en el fútbol francés.

En cuanto al encuentro, PSG no dio lugar al batacazo y se quedó con la Copa tras vencer 3-0 al Reims con dos goles de Bradley Barcola y uno de Achraf Hakimi. La próxima parada del equipo de Luis Enrique será aún más exigente: la final de la Champions League ante el Inter de Italia.

El homenaje fuera del campo que tuvo Bianchi en Francia

Además del gesto deportivo, la semana de Bianchi en Francia incluyó un homenaje institucional: fue distinguido por el Senado francés por su rol en el fortalecimiento de las relaciones con Argentina. Respetado por su carrera y admirado por su legado, sigue dejando huella incluso lejos de los bancos de suplentes.