Boca Juniors ha tenido épocas de gloria que casi ningún otro equipo puede presumir. Sin embargo, así como existen las buenas también existen las malas. Épocas de recambio, malos resultados y malas contrataciones. El Xeneize ha tenido buenos refuerzos en lo que va del siglo XXI, aunque también ha tenido de los otros, es decir jugadores que no rindieron con esta camiseta.

Desde aquellos que llegaron como apuestas en el mercado de pases hasta los que se esperaba que fueran figuras, lo cierto es que resultaron un fiasco y se marcharon del club de La Ribera sin pena ni gloria. En esta nota, decidimos juntar a los nombres que más impactaron y los repasamos en una lista de Los 30 peores refuerzos de Boca en el Siglo XXI.

Abel Balbo

Llegó para reforzar al equipo y jugó un par de partidos (Boca Historia)

Más allá del gran recorrido en su carrera, no funcionó y apenas disputó 4 cotejos oficiales. “Pude haber jugado mejores partidos, no hice nada extraordinario… Estoy triste porque me faltó el gol, quería marcar uno por lo menos”, destacó y remarcó: “Yo no soy hincha de Boca, pero que puedan jugar un día con la camiseta de Boca en La Bombonera donde saltan y cantan todos, vibra hasta el piso de la cancha, es una sensación que tenés que vivirla.

El exdelantero que supo jugar tres mundiales (1990, 1994 y 1998) con la Selección Argentina, arribó en el 2002 a Boca con 35 años y después de una extensa trayectoria en Europa. Llegó como refuerzo para una Copa Libertadores en la que el equipo quedó rápidamente eliminado en Cuartos de final. Eso, sumado a algunos problemas personales, terminaron de complicar su continuidad. Pero el recuerdo de haber jugado en La Bombonera no se lo quita nadie.

Bruno Marioni

Problemas con el DT redujeron sus posibilidades (Boca redes)

En el año 2007, Marioni llegaba al club desde el fútbol mexicano para ser parte del plantel campeón de la Copa Libertadores, con Miguel Ángel Russo como entrenador. Conocido por sus festejos con cabriolas, el bueno de Bruno prometía goles y celebraciones extravagantes, sin embargo, algunas diferencias con el DT hicieron que su estadía sea solo por un semestre.

En total, disputó 18 partidos y marcó tres goles: dos en el 7-0 contra Bolívar en la Copa y uno en el empate 1-1 ante Belgrano, por el Clausura 2007. Terminaría marchándose nuevamente a México, para seguir su carrera en Atlas, Pachuca y Tecos. Luego de eso, se dedicaría a su otra gran pasión: el automovilismo, donde fue subcampeón en 2019 de la categoría Fiat Linea Competizione y campeón en 2012 de la categoría Abarth Punto Competizione, además de haber participado de algunas carreras de TC2000.

Diego Perotti

Un apellido ilustre, que no estuvo a la altura (Twitter/X)

Su padre supo ser figura de Boca a fines de la década del 70 y comienzos de la del 80. En el caso del Monito, si bien había hecho inferiores en el Xeneize, su debut en primera se dio con la camiseta del Deportivo Morón en la Primera B. La oportunidad de volver al club le llegaría, después de una extensa carrera en Europa, a préstamo desde Sevilla. Con talento evidente y un apellido ilustre, Perotti tenía todo para triunfar…

Pero su estadía fue efímera, ya que ni siquiera llegó a completar un partido con el Xeneize. Apenas pudo sumar 18 minutos ante Estudiantes y 13 ante Vélez en el Torneo Final 2014. Las permanentes molestias en las rodillas y una serie de problemas físicos le impidieron dar su mejor versión y tuvo que irse tras cuatro meses. Su carrera, sin embargo, continuó en clubes como Genoa, Roma y Fenerbahce.

Guillermo Sara

Sus actuaciones no ayudaron y una lesión lo complicó (Twitter/X)

Después de un sólido paso por Atlético de Rafaela, en 2015 Guillermo Sara recaló en Boca con la difícil misión de custodiar el arco que en este siglo tuvo varios nombres fuertes e importantes (Óscar Córdoba y el Pato Abbondanzieri, los más trascendentes). Se quedó tres temporadas, pero solo llegó a disputar 37 partidos, con un recuerdo que no fue bueno, sobre todo por errores puntuales.

Era el arquero titular del equipo hasta que una luxación en el hombro lo sacó de la cancha en la previa del Superclásico. Por eso, ante River y el partido siguiente con Colón atajó Axel Werner. Ya en el receso veraniego, llegaría Agustín Rossi, que les ganó la competencia a ambos y se quedó con el puesto. La experiencia lo dejó en deuda: nunca logró ser el sucesor esperado en la portería.

Arley Dinas

En un buen momento de los “colombianos”, no fue este el caso (Twitter/X)

Cuando arribó en el invierno de 2002, la prensa deportiva lo calificaría como el nuevo Patrón Bermúdez. “Estoy muy contento de ir a una institución tan grande como Boca. Tengo ganas de triunfar y seguir la senda de mis compatriotas Oscar Córdoba, Mauricio Serna y Jorge Bermúdez, fue la carta con la que se presentó el defensor colombiano. Pero sólo jugaría 2 compromisos, para después emigrar al Deportes Tolima.

La alegría en su presentación iría desapareciendo rápidamente y el primer indicio que esto sucedería lo tuvo apenas habló con el DT. “Yo a usted no lo pedí. Sin embargo, entrene a ver qué pasa”, le dijo el Maestro Tabárez cuando lo vio. Sus dos partidos fueron la ida y la vuelta de los Octavos de final de la Copa Sudamericana ante Gimnasia y Esgrima La Plata. En la revancha fue titular, pero Tabárez lo sacó en el entretiempo. Su estadía duró menos de seis meses, en octubre rescindiría su contrato.

Claudio Riaño

Mucha expectativa y poca realidad en su paso por el club (Boca redes)

Tras sus pasos por Racing de Córdoba y Talleres, Riaño se incorporó a San Martín de San Juan, la etapa en que mostró su más alto nivel profesional. Esto llevó a que varias instituciones se fijaran en él. Finalmente, Boca ganó la pulseada y el atacante comenzó a sumar minutos a mediados de 2013. Sin embargo, no pudo afirmarse en el Xeneize y, casi un año después, se iría del club. Sus números: 25 partidos disputados (5 como titular) y 2 goles, a Arsenal y Lanús.

Llegar a Boca es hacer un máster. El técnico era Carlos Bianchi, fue un posgrado. Hay que ser un poco inconsciente también para estar ahí, sino el club te abruma, soltó en una entrevista el atacante que supo compartir plantel con figuras como Juan Román RiquelmeFernando Gago. Después de su paso por el Xeneize, jugó sin demasiada trascendencia por Independiente, Unión de Santa Fe, Rosario Central, Central Córdoba de Santiago del Estero y Aldosivi, hasta decidir su retiro.

Naohiro Takahara

El japonés fue una apuesta de marketing que no salió bien (Boca Historia)

El exdelantero japonés fue una curiosa movida del entonces presidente de la institución, Mauricio Macri, para potenciar la marca del club en el mercado asiático. Más allá de que jugó siete temporadas en Europa y hasta disputó el Mundial 2006 con su selección, en la Argentina jamás funcionó: apenas disputó la temporada 2001-02, en la que fue suplente en el conjunto multicampeón de Carlos Bianchi.

Siete partidos oficiales, cinco de ellos como suplente. Eso sí, nadie le quita a Takahara haber marcado un gol (a Lanús) en La Bombonera que hasta hizo sonreír al propio Bianchi mientras lo aplaudía. Después de eso, regresaría al Jubilo Iwata para recalar en el Hamburgo y Eintracht Frankfurt. Además, disputó la Copa del Mundo de Alemania y marcó 23 goles en 57 partidos con el combinado nipón. Retirado como profesional, cultiva café en la isla de Okinawa y creó un club amateur con una camiseta muy parecida a la del Xeneize.

Guillermo Marino

Hizo mucha fuerza por llegar al club, pero después no rindió (Twitter/X)

La aparición de Guillermo Marino enNewell’s en 2004, con la confianza plena del Tolo Gallego, fue uno de los puntos altos del equipo y marcó un golazo clave para la obtención del título en el Apertura 2004. La promesa se volvió realidad cuando Boca puso sus ojos en él. Y tanto presionó para llegar al Xeneize que quedó seis meses parado por no acordar la renovación de su contrato con el equipo rosarino. A partir de esa espera, no volvió a ser el mismo.

Resistido al punto de ser considerado uno de los peores refuerzos del club por aquellos años de éxitos recurrentes, se dio el gusto de todos modos de participar de 59 partidos en dos ciclos diferentes, interrumpidos por un pasó sin éxito por los Tigres de la UANL, aunque solo en 4 de ellos completó los 90 minutos. En ese tiempo, fue parte del plantel (y disputó dos partidos) que conquistó la Copa Libertadores en 2007. Además, conquistó dos títulos de Primera División, Copa Sudamericana en 2005 y Recopa Sudamericana en 2006.

Gerardo Bedoya

Pocos partidos, en los que no pudo mostrar su calidad (La Mitad más Uno)

Ídolo en Racing, donde se coronó en el equipo campeón de Mostaza Merlo, el colombiano traicionó a los hinchas de la Academia en 2005 cuando se sumó al Xeneize. El lateral izquierdo de gran recorrido internacional y con mucha presencia en su seleccionado, llegó para jugar las instancias finales de la Copa Libertadores de ese año, en la que Boca terminaría siendo eliminado en Cuartos de final con las Chivas de Guadalajara.

Su calidad pareció haberla dejado en Avellaneda, dado que en su escasa etapa con la azul y oro (estuvo algo más de un mes) sólo jugó 6 partidos y recibió 3 tarjetas amarillas. Antes de esto, había probado suerte en Colón de Santa Fe, donde tampoco estuvo a la altura de su capacidad.

Emanuel Trípodi

Llegó como una alternativa y nunca logró afirmarse (Twitter/X)

A mediados de 2013, Boca se quedaba sin Oscar Ustari como suplente de Agustín Orión y por eso Carlos Bianchi solicitó un arquero para reforzar el puesto. La dirigencia le expresó que buscase uno barato y terminaron contratando a Emanuel Trípodi, que llegó con el pase en su poder, después de una muy buena experiencia en Quilmes.

En el balance final, fue otro de los guardametas que llegaron a principios de la década pasada. Atajó un total de 7 partidos y le convirtieron 10 goles, siendo principalmente suplente y un aporte de experiencia. Ante la llegada de Guillermo Sara, quedó relegado como tercer arquero y no tuvo nada de continuidad, por eso terminó acordando la rescisión del contrato antes de tiempo. Paso olvidable por Boca, con un rendimiento que fue mayormente olvidado o criticado.

Adrián Gunino

El uruguayo con la de Boca, imagen díficil de encontrar (Boca oficial)

Uno de los tantos nombres sugeridos por Carlos Bianchi, durante su tiempo como manager de Boca. El lateral uruguayo se puso la camiseta boquense después de su aparición en Danubio y su buena producción en el Mundial Sub 20 disputado en Egipto. Llegó a préstamo por un año, en un mercado de pases que también incluyo las incorporaciones de Gary Medel y Federico Insúa.

Durante esa temporada 2009/10, vistió la camiseta azul y oro solamente en el empate 1 a 1 ante Newell’s. Finalizó su vínculo en julio de 2010 y se fue al fútbol francés, más precisamente al Toulouse. Luego jugaría en la Liga de España, sin embargo, a los 28 años decidió colgar los botines y nunca más volvió a jugar de manera profesional.

Emmanuel Más

Aunque jugó bastante, nunca pudo afianzarse en su puesto (Getty Images)

Una trayectoria ascendente, después de lucirse en San Martín de San Juan y ser muy valioso en San Lorenzo, Emmanuel Mas llegó al cuadro de la Ribera en 2018, con la sana intención de pelear por el puesto de lateral izquierdo. Y por momentos lo hizo de buena manera, al punto que llegó a ser hasta capitán en alguna ocasión. El tema es que, nunca terminó de afianzarse y, para un jugador con participación en la Selección Argentina, parece muy poco.

Ante la lesión de Frank Fabray la partida de Olazaa principios del 2019, Más comenzó a ganar mayor protagonismo con Gustavo Alfaro como entrenador. En Boca jugó en total 79 partidos entre el 2018 y 2021. Se consagró en cuatro oportunidades: Campeonato de Primera División 2017-18, Supercopa Argentina 2018, Primera División 2019-20 y Copa Maradona 2020. A mediados de 2021, ya sin lugar en el equipo, se marcharía al Orlando de la MLS en condición de libre.

Breyner Bonilla

Una gran expectativa… que duró solo unos partidos (Getty Images)

El colombiano tuvo un fugaz paso por el Xeneize entre 2009 y 2010 al que llegó por recomendación de uno de sus compatriotas y que dejó una huella en el club: Jorge Bermúdez. Tuvo su estreno oficial en un Superclásico con River y días después fue víctima de racismo. Desde entonces no volvió a tener oportunidades.

Bonilla hizo su presentación en un 2-0 ante el Millonario, con goles de Gary Medel en La Bombonera cuando Abel Alves lo mandó a la cancha por la lesión de Hugo Ibarra. Al encuentro siguiente de ese Clausura 2010 no estuvo convocado, pero volvió en la fecha 12 y fue titular frente a Rosario Central y repitió frente a Colón, ambos encuentros que fueron derrota de Boca. En ese último cotejo, el colombiano se fue expulsado cerca del final por un patadón a Facundo Bertoglio. Las lesiones terminaron de complicarlo y, en total, sólo disputó 3 partidos (más otros tres amistosos) y se fue rápido para sumarse al Sporting Cristal de Perú, donde tampoco logró afianzarse.

Fernando Zuqui

Lo pidió el entrenador, pero nunca terminó de adaptarse (Twitter/X)

A mediados de 2016, Boca se involucró en el mercado de pases pensando en el gran objetivo como la Copa Libertadores. Dentro de los refuerzos que se dieron ese periodo, arribaron nombres como Darío Benedetto… y Fernando Zuqui. Por pedido de Guillermo Barros Schellotto, el mediocampista llegó por un poco más de 2 millones de dólares para reforzar al equipo de cara a las semifinales de la copa.

Con la camiseta del Xeneize, Zuqui solamente estuvo presente en 17 partidos y luego de su fugaz paso por el club de la Ribera, defendió los colores de Estudiantes y Colón de Santa Fe. La realidad es que nunca se afianzó, fue rápidamente relegado y terminó jugando muy pocos partidos, aunque en declaraciones radiales, el futbolista dio su explicación: Me hubiese gustado jugar en el puesto por el que club pensó en mí. Pero no tengo ningún rencor”.

Ribair Rodríguez

Sus antecedentes lo trajeron al club, su nivel no fue el deseado (Boca Historia)

Considerado un héroe por los hinchas xeneizes, a partir de haber formado parte del Belgrano de Córdoba que venció a River en la Promoción y lo mandó a la B, casi inmediatamente después haría su arribo a Boca. El uruguayo llegó a préstamo a comienzos de 2013, tras un breve paso por el Siena de Italia, aunque comenzó jugando como mediocampista central y luego pasaría a la zaga.

Ese año compartió equipo tanto con Juan Román Riquelme y otras figuras como Fernando Gago, Leandro Paredes y Clemente Rodríguez. Jugó la Copa Libertadores (eliminación en Cuartos de final con Newell’s por penales). Su nivel no fue el esperado, pero en ese ese año tuvo mucho rodaje: jugó 32 partidos (25 como titular y 7 ingresando desde el banco). Pocos recuerdan el único gol que marcó, por el Torneo Inicial frente a Vélez. Después continuaría su carrera en el Santos Laguna de México.

Marcelo Meli

Podría haber tenido más continuidad, pero le costó lucirse (Getty Images)

Meli dio sus primeros pasos futbolísticos en Colón de Santa Fe, donde demostró un gran rendimiento. Por eso, arribó a Boca a mitad de 2014 y durante su estancia en el Xeneize, disputó un total de 71 partidos y anotó 5 goles acompañado de 10 asistencias. Además, logro consagrarse campeón del torneo de Primera División 2015 y la Copa Argentina 2015.

Pese a no ser figura de aquel equipo, ni mucho menos, un peor semestre llevó a que en julio del año 2016 la dirigencia tome la decisión de cederlo al Sporting de Lisboa. Pero su paso por Portugal fue efímero, disputó tan solo dos partidos, retornando a la Argentina para comenzar un trajín que lo llevaría por varios clubes, en el país y también por el resto de Sudamérica.

Carlos Bueno

Parecía una gran alternativa ofensiva, pero terminó defraudando (Imago)

Con actualidad en el fútbol europeo y rodaje en la Celeste, el arribo de Carlos Eber Bueno se dejaba ver como un refuerzo más que interesante para alternar con Martín Palermo y Rodrigo Palacio. Arribó al club a mediados de 2007, proveniente del Sporting de Lisboa de Portugal, pero jugó solo 10 partidos y apenas convirtió un gol, ante Arsenal de Sarandí. Fue titular en una única ocasión, pero ni siquiera en esa oportunidad llegó a completar los noventa minutos.

En su efímero transcurrir por Boca, llamó más la atención por los malos rendimientos y sus altercados con los rivales que por su desempeño futbolístico. Sin pena ni gloria, rescindió su vínculo y emigró a Peñarol, el club que lo había visto nacer.

Damián Escudero

Un gran jugador a recuperar, pero que nunca se recuperó (Twitter/X)

Tras estar dos años sin mucha continuidad en Villarreal de España, Boca pagó 2.5 millones de euros por el 50 por ciento de su pase. El rosarino surgido de Vélez participó de 13 compromisos durante ese 2010 y no marcó goles. Fue uno de los fracasos más grandes (en una etapa de mucho refuerzo particular en el Xeneize), eso lo obligó a exiliarse en Brasil, donde aprendió a la perfección el portugués y se quedó durante varios años.

En enero de 2011 fue a préstamo a Gremio, posteriormente iría a Atlético Mineiro y luego a Vitoria. Este último, tras tenerlo un año a préstamo, lo fichó en 500 mil reales (150 mil euros, aproximadamente) en enero de 2013, donde se cerraría oficialmente todo vínculo que tenía con el club de la Ribera. Pisar La Bombonera con toda la hinchada alentándote, como jugador sudamericano, es lo máximo. Saber que tantas estrellas de talla mundial han jugado allí te pone la piel de gallina. Son experiencias que nunca se te van de la cabeza”, declaró una vez retirado.

Jorginho Paulista

El brasileño no rindió y se fue en plena crisis económica (Boca Historia)

Jorge Henrique Amaral, más conocido como Jorginho, llegó con el entusiasmo del tradicional lateral brasileño. Entre el Torneo Apertura de 2001 y la Mercosur de ese año, el ex Vasco da Gama, PSV y Udinese acumuló apenas 6 compromisos como titular (15 en total). En todos demostró que la marca no era su especialidad… pero tampoco se destacaba demasiado con sus proyecciones.

El lateral izquierdo vistió la camiseta del Xeneize únicamente por 4 meses, no continuó en el club debido a que le pesificaron el contrato por la crisis económica que se vivía el país en aquel entonces. Tampoco le tocó viajar a disputar la final de la Copa Intercontinental ante Bayern Múnich en Japón. Jorginho decidió volver a su país para readaptar su juego y terminó jugando en Cruzeiro, Sao Paulo, Botafogo y Bragantino, entre otros.

Hernán Grana

El lateral no dio la talla en el semestre que jugó en el club (Boca Historia)

Uno de los nombres más habituales en los rankings de peores refuerzos de Boca. Pedido por Carlos Bianchi a principios del 2014Grana llegaba proveniente de All Boys. El lateral derecho vino a préstamo por un año con una opción de compra. En total jugó 21 partidos, de los cuales en 20 oportunidades lo hizo como titular y no pudo darse el gusto de anotar con esta camiseta.

Con el arribo de Rodolfo Arruabarrena a la conducción técnica del equipo, no lo tuvo en sus planes, por lo que el club determinó no renovar el vínculo y el jugador debió retornar al conjunto de Floresta. Se terminó yendo por lo bajo, para después tener un paso por el Columbus Crew de la MLS y seguir su carrera en el ascenso del fútbol argentino (principalmente en Ferro).

Lucas Castromán

Su etapa estuvo marcada por las lesiones y bajos rendimientos (Twitter/X)

Delantero que la rompió en Vélez y dio el salto a Europa a temprana edad, pasó por el Calcio italiano y luego en el América de México. En su regreso al país sufrió una serie de inconvenientes lo tuvieron a maltraer en el Xeneize. Su pésimo estado físico y bajo nivel futbolístico lo llevaron a Racing, donde se retiró. A pesar de las esperanzas depositadas en él, su tiempo en Boca estuvo marcado por lesiones y bajo rendimiento.

El mediocampista había cumplido un excelente paso por Vélez Sarsfield, club del cual surgió, además de haber jugado en la Lazio que se trataba en aquel momento, en 2001, de un equipo impresionante. Es por eso que fue difícil entender cuándo, después que Boca lo comprara en el año 2008 por 700 mil dólares, apenas rindiera antes de irse libre a Racing. En Boca disputó tan solo 6 partidos y no anotó goles.

Gonzalo Castellani

Fue buscado como alternativa para Juan Román Riquelme (Getty Images)

A mediados de 2014, y con Carlos Bianchi como entrenador, Gonzalo Castellani fue fichado por Boca. El mediocampista venía de destacarse en Godoy Cruz como mediocampista creativo, por ese motivo el Xeneize decidió apostar por él. En ese entonces, el conjunto de la Ribera pagó 2 millones de dólares por la mitad de pase del jugador y parecía haber encontrado una alternativa en la centro de la cancha para Juan Román Riquelme.

Sin embargo, su paso por el cuadro azul y oro no fue el esperado. Sin haberse podido ganar un lugar, salió 2 veces a préstamo (Lanús y Defensa y Justicia) hasta irse libre a principios de 2018. En total jugó solamente 23 partidos en el Xeneize entre 2014 y 2018. Con la llegada deRodolfo Arruabarrena en 2014 y Guillermo Barros Schelotto en 2016, el mediocampista nunca logró tener protagonismo.

Emiliano Albín

Varios errores puntuales terminaron sacándolo del equipo (Getty Images)

Albín surgió de Peñarol y de inmediato mostró condiciones.Pudiendo oficiar tanto de lateral como de mediocampista por derecha, llegó a disputar los Juegos Olímpicos con la selección uruguaya. Para la temporada 2012-13, llegó a préstamo a Boca y en su estadía en el Xeneize disputó 23 partidos en los que marcó dos tantos y brindó tres asistencias. Sus errores expuestos por el arquero del momento, Agustín Orión, lo llevaron de vuelta al Carbonero.

Tras apenas un año en el fútbol argentino, Albín regresó a Peñarol para vivir su segundo ciclo en el Manya y lo hizo por un año y medio hasta pasar al fútbol europeo por primera vez en su carrera. Luego de probar suerte en Portugal, continuó con sus estudios en la facultad de agronomía. También se instaló en una chacra e ideó varios proyectos empresariales con un amigo. En la actualidad sigue ligado al fútbol en su nuevo rol de ingeniero agrónomo.

Roberto Sosa

Llegó fuera de forma y nunca logró rendir lo que se esperaba (Fotobaires)

Corría el año 2002, Boca venía de ser bicampeón de la Copa Libertadores con Carlos Bianchi como DT y Martín Palermo como uno de sus emblemas. Sin embargo, éste último emigraría a Europa y dejaría un vacío que siempre fue difícil de llenar. Entonces, la dirigencia decidió apostar por otro centrodelantero potente, grandote y con un potente cabezazo: el Pampa Sosa.

El entrenador en ese momento ya era Óscar Washington Tabárez, quien pidió expresamente por el delantero de Udinese. Sin embargo, el paso de Sosa terminaría siendo poco recordable. En su debut, titular en un 3-0 ante Unión, salió reemplazado por Héctor Bracamonte en el segundo tiempo, quien marcaría el tercer gol para el Xeneize. En total, fueron 9 partidos con la camiseta de Boca y no marcó ni un tanto. Así, el potente delantero se fue sin pena ni gloria del Xeneize.

Lautaro Acosta

Estuvo una temporada y nunca alcanzó su mejor rendimiento (Getty Images)

El Laucha Acosta llegó a Boca desde el Sevilla de España como un crack a potenciar al equipo azul y oro a mediados del año 2012, pero no tuvo un buen paso por el club. El jugador e ídolo de Lanús estuvo en el Xeneize un año a préstamo y se fue sin pena ni gloria. “Fue una experiencia hermosa, Boca es un club gigante. Tal vez en lo deportivo no me tocó cubrir esas expectativas que quería, admitió en diálogo con ESPN.

El delantero jugó 29 partidos en la temporada 2012-13, solo completó seis y nunca llegó a su máximo rendimiento. Sin goles ni títulos, retornó al Granate, su lugar en el mundo. La realidad es que el equipo jugaba bastante mal y eso perjudicó su rendimiento. Las lesiones también complicaron su paso.

Alexis Rolín

Recibió muchas críticas por sus constantes lesiones (Getty Images)

Rolín llegó a Boca a préstamo desde el Catania a principios del año 2015. Sin embargo, por diferentes lesiones, el gran karma que tuvo durante su etapa en el club de la Ribera, su debut se hizo esperar: recién jugó su primer partido en el mes de mayo. “Era duro de verdad, porque prendías la tele y había risas. ‘Otra vez se lesionó Rolín’, ‘y que Rolín esto’, ‘y que Rolín lo otro’. Sobrenombres y un montón de cosas. Fue duro, jodido”, aseguró el futbolista en una entrevista.

Durante su primer año, apenas logró disputar 11 partidos, mientras en el 2016, sumó solo 4 encuentros más con la camiseta del Xeneize. Fue dirigido primero por Rodolfo Arruabarrena y luego por Guillermo Barros Schelotto. No marcó goles y ganó 2 títulos: la Copa Argentina y el Campeonato del año 2015. Después, volvió a Nacional de Uruguay.

Sebastián Prediger

La contratación más rara de todas: solo jugó unos partidos (Getty Images)

Su nivel en Colón lo ubicó como serio candidato para adueñarse del mediocampo en La Bombonera. Sebastián Predigerllegó a préstamo por cinco meses a Boca desde el Porto de Portugal y apenas jugó tres partidos con la camiseta azul y oro. De aquellos encuentros ninguno fue victoria: debutó en un 2-4 ante Newell´s, luego disputó un partidazo que terminó 4 a 4 ante Vélez y fue parte de la goleada 3 a 0 de Banfield, todos por el Torneo Clausura 2010.

Por contrato, el futbolista debía disputar al menos nueve partidos para renovar automáticamente su vínculo, algo que no sucedió y, tras esos primeros 6 meses, terminó abandonando la institución. Luego, el destacado mediocampista siguió su carrera en Baniyasde Emiratos Árabes, Estudiantes de La Plata, Belgrano, Newell´s, San Martín de Tucumán y Tigre, antes de regresar a Colón para disputar el tramo final de su carrera.

Aldo Bobadilla

Otro arquero que llegó con expectativas que no pudo cumplir (Twitter/X)

Boca compró al destacado arquero paraguayo en 2006 por 1,2 millones de euros, proveniente del Libertad, con la esperanza de que sea una seguridad bajo los tres palos, con la difícil misión de convertirse en la muralla azul y oro ante la salida del Pato Abbondanzieri (vendido al Getafe). Pero terminaría siendo todo lo contrario: no solo nunca se afianzó en su puesto, sino que se lo recuerda sobre todo por haber sido quien atajó en la final perdida contra Estudiantes del Apertura 2006.

Jugó 26 partidos, entre ellos dos por Copa Libertadores en las semifinales de 2007 ante Cúcuta Deportivo (victoria por 4-3 en el global, con errores puntuales del arquero) y luego se coronaría campeón. En total, recibió 27 goles y ganó dos títulos. Además de esa Libertadores, levantó la Recopa Sudamericana en 2006. Nunca logró destacarse y se fue por la puerta de atrás para continuar su carrera en Independiente de Medellín.

Claudio Pérez

Sobrepeso, errores y bajos rendimientos lo sacaron del club (Twitter/X)

Hubo un antes y un después en la carrera profesional del Chiqui Pérez desde su paso por Boca. Figura destacadísima de Belgrano, llegó al Xeneize impulsado por los elogios hacia el marcador central cuando el Pirata le ganó la promoción a River. Pero nunca pareció estar a la altura de Boca, inclusive, se lo vio con sobrepeso en varios momentos de sus dos años en el club.

Entre 2013 y 2014 disputó 38 partidos y convirtió 2 goles, pero no brindó ninguna seguridad. Una vez que regresó de su lesión Guillermo Burdisso, no tuvo más lugar en el plantel y abandonó el club. Su destino estuvo en Banfield, antes de volver al ascenso y probar suerte en el fútbol sueco. En los últimos años anduvo por Costa Rica, República Dominicana y el fútbol del ascenso.

Luiz Alberto

El brasileño sufrió todo el período que estuvo en el xeneize (Twitter/X)

El brasileño apenas pudo disputar siete partidos, todos como titular, con la camiseta de Boca. No marcó goles, pero pudo darse una pequeña alegría: fue titular en el 2-0 del Xeneize ante River por el Torneo Clausura 2010. De todas maneras, su paso por Boca le dejó un sabor amargo. Y a los hinchas, una estadía para el olvido.

En los demás equipos de mi carrera yo no pedí salir, pero en Boca sí, me escapé del club. No me sentía cómodo. Salía del entrenamiento, me iba a mi domicilio y me quedaba ahí, no hacía otra cosa y por eso me sentía mal. Fueron los cuatro meses más difíciles de mi carrera“, confesó en diálogo con Infobae el exdefensor. Luiz Alberto había llegado al club de la Ribera tras vestir las camisetas de Flamengo, Saint-Éttiene, Real Sociedad, Inter de Porto Alegre, Atlético Mineiro, Santos y Fluminense.