El deporte motor, especialmente offroad, es considerado como uno de los deportes más peligrosos del mundo. Y alguien que conoce esto a la perfección es el salteño Luciano Benavides, uno de los referentes de las dos ruedas. Argentino él, fue campeón del mundo en 2023 de Rally Raid, y en este 2025 consiguió su mejor posición en un Rally Dakar, tras pasar un 2024 de mucho sufrimiento.
De todo esto habló en exclusiva con BOLAVIP el menor de los hermanos Benavides, dos de los máximos exponentes argentinos de toda la historia en la moto. Kevin, su hermano, de 36 años, es dos veces ganador del Rally Dakar y Luciano, a sus 29, ya tiene un campeonato mundial en sus espaldas. Hoy ambos son los pilotos oficiales de la estructura KTM Racing, en un hito histórico dentro del deporte.
“Es un orgullo que ambos hayamos llegado, es muy difícil que pase. Que dos hermanos lleguen a estar en lo más alto de un deporte, sobre todo siendo argentinos. Siempre está la vista más puesta en los pilotos europeos y el deporte acá es un poco más ‘amateur’, así que era muy difícil. Siempre peleamos por eso y ahora estar juntos en KTM, haber logrado todo lo que logramos es muy lindo”, admite Luciano.
Y recuerda: “El otro día lo pensábamos [con Kevin], hace 10 años conocimos la fábrica de KTM, cuando todavía corríamos Enduro, y soñábamos con algún día llegar. Mirar atrás y ver eso, y lo que conseguimos, es muy lindo”. En este 2025, Luciano y Kevin Benavides se alinearon como los pilotos oficiales de KTM para el Rally Dakar en Arabia Saudita, algo que les quedará para toda la vida, más allá del resultado.
“Sin dudas [este Dakar] fue especial. En este deporte podés pasar de estar en lo más alto a estar de rodillas un segundo. Siempre hay que estar con los pies en la tierra, y luego de un 2023 donde Kevin ganó el Dakar y yo el Mundial, en 2024 las cosas fueron dificilísimas“, reconoce Luciano.
El delicado accidente de Kevin y la conexión con su propia lesión
En mayo del año pasado, Kevin Benavides sufrió un accidente y quedó en un estado delicado, donde se llegó a barajar la posibilidad no sólo del fin de su carrera deportiva, sino donde su vida corrió peligro. Finalmente, los médicos y la evolución del propio salteño pudieron sacar todo adelante. No obstante, fueron días, semanas, meses y un año de momentos duros para la familia.
“El accidente que tuvo Kevin… Nadie se imaginaba que iba a poder subirse devuelta a una moto, incluso quedar como una persona ‘normal’, fueron días muy feos, no nos imaginábamos poder correr devuelta [juntos]”, relata Luciano. “Yo la pase muy mal, tuve muchos días que no dormí, estuve con él en la clínica. Y yo la pasé mal, yo lo encontré [cuando se accidentó]”, agrega.
Luciano encuentra cierta conexión entre lo que vivió con Kevin y su propia lesión, que se dio en el Desafío Ruta 40, que fue a correr al poco tiempo de lo que pasó con su hermano. “El día que lo operaban a él del brazo, me rompí la cadera. Hubo cierta conexión… Kevin se cayó un 11 de mayo y estuvo grave 10, 12 días. Y mi carrera, en la que yo me accidente, fue el 6 de junio. De hecho, cuando me fui a Córdoba para largar la primera etapa, él recién estaba saliendo del hospital. Tenía el alta pero no se podía mover, no era el Kevin que yo conocía“, cuenta.
“Si bien me preparé y puse la mente en blanco y aunque los pilotos de Rally somos muy fuertes mentalmente, cuando me caí, inconscientemente creo que traía una carga de todo lo que viví y que el error que tuve en conducción pueda haber sido por el cansancio mental que traía. No miedo, porque sentía que estaba bien y por eso fui a largar el Desafío Ruta 40, pero sí un cansancio por todo lo vivido tan recientemente”, agrega.
La importancia de lo mental y su recuperación para correr el Dakar
Tras relatar lo vivido en esos meses del 2024, Luciano continúa el relato con lo que fue la recuperación para poder llegar al Dakar 2025, su gran objetivo. Algo que siempre tuvo claro que iba a lograr, a la vez que le atribuye gran parte de sus logros a su trabajo mental.
“Lo mental es muy importante en nuestra disciplina, te diría que la mitad de lo que hacemos. La otra mitad puede que sea la conducción y la navegación, pero mucho pasa por la cabeza. Trabajamos con un psicólogo desde hace años y tenemos un grupo de trabajo muy bueno que va más allá de lo que nos puedan enseñar en la moto”, explica Luciano.
“Yo no puse nunca en duda correr el Dakar, los médicos me dijeron que en noviembre-diciembre me iba a poder subir a la moto y yo sabía que lo iba a poder hacer igual. En agosto ya me había subido. En septiembre probé y en octubre estaba corriendo en Marruecos con KTM, salí tercero.”
Reflexión sobre el Dakar 2025, su cuarto puesto y la decisión de Kevin de abandonar
El objetivo de Luciano Benavides, al iniciar su octavo Rally Dakar, no era otro más que ganarlo. Sin embargo, reconoció no haber llegado al 100% y haberse dado cuenta en los primeros días que el título iba a ser algo muy complicado de conseguir, por cómo estaba diseñada la competencia.
“Al Dakar no llegué al 100%, pero sabía que no iba a ser un problema. Pero sí que fue una edición muy dura desde la primera semana. Fue una competencia rara, los primeros tres días. No estoy de acuerdo en cómo se planteó la carrera desde la organización“, expresa. Luciano lleva la conversación a un aspecto técnico, pero fundamental para entender por qué fue difícil pelear el Dakar.
“Haber hecho una etapa de 48hs los días 2 y 3, e invertir el orden de largada fue algo malo por parte de la organización. Un poco mató la carrera. Desde ese día las diferencias fueron muy grandes y era muy difícil recortar. Si miras la clasificación, después de la etapa 2, el líder tenía casi 15 minutos de ventaja y así sucesivamente.”
Kevin, su hermano, llegó con lo justo luego del accidente mencionado. Aún así, se alineó para correr el Dakar, aunque tras un par de etapas, decidió abandonar, algo que también le sirvió a Luciano. “Kevin fue inteligente, tomó la decisión correcta, y a mi me vino genial, porque yo también estoy ahí adentro, sé los peligros que corremos y sabía que él estaba sufriendo. Era una preocupación extra, no me afectó en los tiempos pero sí me mantenía preocupado. Fue un alivio cuando tomó la decisión.”
Su rendimiento personal
Y si bien el cuarto puesto no fue el resultado que fue a buscar, Luciano reconoce haberse sentido en un gran nivel en este Dakar: “Estoy muy satisfecho con mi trabajo, con lo hecho con la moto y cómo me sentí. La segunda semana incluso la gané, pero no me alcanzó para subir al podio. Hice todo lo que podía hacer, pero no se dio. Quedó un sabor un poco agridulce, pero así es el Dakar.”
“Creo que en este Dakar hice lo mejor en mi carrera deportiva. Después de ganar la Etapa 8, que fue algo muy lindo, me tocaba abrir la Etapa 9, que no era fácil para la navegación. Normalmente, cuando es una etapa así, nunca gana el piloto que abre pista. Y ese día yo abrí pista de principio a fin y nadie me alcanzó. Gané la etapa abriendo pista, algo muy difícil que pase, ganar etapas consecutivas y abriendo pista. Hubo muchas cosas mías que se consolidaron ese día“, detalla Luciano.
“Hoy estoy en mi mejor nivel, sin dudas, pero siento que todavía me queda mucho por mejorar. Soy muy detallista y muy duro conmigo, se que queda mucho por seguir mejorando. Estoy en un punto de mi carrera donde tengo mucha experiencia [ocho Rally Dakar] y a la vez soy uno de los más jóvenes”, admite.
Luego, reflexionó sobre su situación personal y su momento en la actualidad: “Soy alguien que tiene una curva de aprendizaje lenta, así lo considero, pero nunca paro de aprender cosas, pero lo hago de a poco. Me costó mucho al principio, pagué mucho tiempo el derecho de piso y lo pagué con mi cuerpo, muchos accidentes. Recién en 2020 empecé a tener etapas buenas pero todavía me faltaba la consistencia. Pero así me desarrollé y llegué a donde estoy hoy. Me considero un piloto muy completo.”
“Hoy siento que el Dakar es mi vida”
Para cerrar, Luciano se separó un poco de lo sucedido en este 2025 y habló un poco más desde el corazón, reconociendo lo que significa esta carrera para él, y su anhelo de ganarla algún día.
“Hoy siento que el Dakar es mi vida. Lo que vivo esas dos semanas en el desierto, esos quince días, es muy difícil que otra cosa que viva ese año me de las mismas dosis de adrenalina, de alegría, de dolor, de sufrimiento, de hambre, de sueño, de cansancio. Todo lo que uno siente. Son los quince días más intensos de mi vida en todo el año y mi objetivo el resto del año es tratar de llegar cada vez mejor.“
“De a poquito fui cumpliendo cosas en mi carrera; gané el campeonato junior en 2019, gané una etapa en un mundial en 2022, en 2023 gané mis primeras tres etapas en un Dakar, salí campeón del mundo y ahora conseguí mi mejor puesto en un Dakar. De a poco todo se va dando, y estoy tranquilo de que siempre doy lo mejor. Confío en que va a llegar, el Dakar es la prueba más grande que me queda por ganar“.
Aún así, Luciano sabe que puede llegar como puede no llegar y esa es otra de las cosas que entrena desde lo mental. “Yo preparo mi cabeza para todo, es muy importante saber reaccionar cuando ganas, pero también si no ganas. Tenés que estar preparado para todo. Son cosas que se pueden dar o no, especialmente el Dakar, son muchos factores. Ojalá uno de estos años se alinee todo y se de.”
Esta última semana, Luciano Benavides participó de la fecha del Campeonato Mundial de Rally Raid -ese que ganó en 2023- en Abu Dhabi, donde terminó cuarto, un resultado que describió como “frustrante”. Luciano es un fiel representante argentino en el deporte extremo más exigente del mundo y ya piensa en su primera victoria con KTM en el próximo desafío.
