El presidente de FIFA Gianni Infantino visitó y se comprometió con otro país de Sudamérica más allá de la organización del Mundial de 2030 del que Argentina, Uruguay y Paraguay serán sedes junto a Marruecos, España y Portugal en la celebración del Centenario de la competencia.
También con motivo de un festejo de cien años, el de la Federación Boliviana de Fútbol, el suizo visitó La Paz y en un acto en el que estuvo acompañado de Rodrigo Paz, presidente electo recientemente en el país; y Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, lanzó la promesa que dejó ilusionados a los locales y generó absoluta sorpresa en el resto del planeta.
“Vamos a traer un Mundial aquí, claro, por supuesto, vamos a ver, vamos a hablar de qué Mundial hablamos”, se comprometió Infantino, sin especificar ni una fecha ni se tratará de una competencia en la rama femenina o masculina, juvenil o de mayores.
En Bolivia se viven días de gran fervor futbolero por la clasificación de su seleccionado a disputar las series de Repechaje para la Copa del Mundo de 2026, que se disputarán en marzo del año que viene en las ciudades mexicanas de Guadalajara y Monterrey, con presencia ya confirmada también de Nueva Caledonia por la OFC.
Si bien el apoyo expreso del presidente de FIFA suele ser un factor clave para la designación de las sedes mundialistas, no es determinante en función de que la elección de las mismas está ligada al voto de más de 200 federaciones miembro del ente rector del fútbol mundial.
Una sede polémica
De avanzarse en la candidatura de Bolivia como sede mundialista, no será sin polémica en relación a las condiciones naturales atípicas que presentan una gran cantidad de sus estadios para el normal desarrollo de un partido de fútbol en la alta competencia, ligadas a la altura sobre el nivel del mar que en La Paz es de 3650 metros y en El Alto, donde consiguió hacer de local durante las Eliminatorias de CONMEBOL, de 4150 metros.
Candidatura perdida
Recientemente, Bolivia viene de perder la posibilidad de ser sede de la final de la Copa Sudamericana que estaba designada para realizarse en Santa Cruz de la Sierra y que finalmente se celebrará en Asunción, Paraguay. Esto tuvo que ver con las demoras en los trabajos de refacción y acondicionamiento del Estadio Ramón ‘Tahuichi’ Aguilera, que durante la última inspección técnica de CONMEBOL “arrojó datos desalentadores respecto al cumplimiento de los plazos y cronograma de obras y mejoras, de cara a albergar la final”.
