Es una de las grandes novelas del invierno. Así como ocurrió a lo largo de los últimos días con la pelea entre Boca y River por el pase de Facundo Colidio, los dirigentes de Racing están en un tire y afloje constante con sus pares de Gimnasia y Esgrima de La Plata por Benjamín Domínguez.
Es una de las grandes apariciones del fútbol argentino, y desde el Lobo todo el tiempo se mantuvieron firmes a la hora de negociar con Víctor Blanco, el presidente de la Academia: Domínguez saldría por 10 millones de dólares, que es el monto que solicitaron ante una posible oferta de Europa.
La idea del elenco de Avellaneda es poder adquirir un porcentaje del futbolista de 19 años, y realizaron una propuesta para quedarse con el 80% de la ficha a cambio de 6.8 millones de dólares brutos. Después de varios días de idas y vueltas, el Tripero bajó sus pretensiones y aceptaba el dinero que abonaría Racing. Pero hubo un quiebre.
Así como Blanco quería quedarse con el juvenil, había negociado por Guillermo Enrique, el lateral del equipo dirigido por Sebastián Romero. Y tras llegar a un acuerdo por el 80% de la ficha a cambio de 800 mil dólares, desde Avellaneda hicieron un pedido que provocó el enojo de los platenses: querían que se redujera el precio del extremo para llevarse a los dos futbolistas, como si se tratara de un combo en una casa de comidas rápidas.
Como desde La Plata declinaron la posibilidad de negociar de dicha manera, Racing le puso un freno a la negociación por Enrique y Domínguez, y esperarán a poder conseguir una mejor propuesta. Por eso mismo, ahora comenzó a buscar la chance de sumar a Nahuel Tenaglia, a quien Talleres quiere vender en este mercado de pases, como así también a Joaquín Pereyra, que está en Atlético Tucumán, y por quien solicitan 3 millones de dólares.