En pleno clima electoral en Argentina, a pocos días de la definición del balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa, el fútbol se metió en la polémica. En las últimas semanas, los equipos de la Liga Profesional de Fútbol se expresaron en contra del candidato de La Libertad Avanza por sus declaraciones a favor de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el país.

A mí me gusta el modelo inglés, no les va mal. La pregunta es cómo se financia. Las sociedades anónimas, de hecho, tienen clubes que cotizan en bolsa y todo“, fueron las palabras del liberal en una entrevista con Alejandro Fantino que tomaron enorme repercusión en el plano deportivo.

Luego de los comentarios de los clubes para repudiar estas declaraciones, la Liga Profesional de Fútbol como organismo continuó por aquel camino con un contundente comunicado este lunes. “No a las SAD“, tituló el órgano interno de la AFA presidida por Chiqui Tapia.

El comunicado de casi 700 palabras resaltó la frase “el club es de los socios” y el rol de cada uno de ellos en la población, dejando de lado el factor comercial. Además, destacó la importante del actual modelo de los equipos para la conquista de la Selección Argentina en la Copa del Mundo de Qatar 2022.

El comunicado de la LPF contra las SAD

Los clubes de Primera División del fútbol argentino renuevan su postura histórica de afianzar y sostener el modelo de asociaciones civiles sin fines de lucro y rechazar de plano el formato de sociedades anónimas. A través de los 130 años de su existencia institucional, la Asociación del Fútbol Argentino fue fiel a los principios de sus fundadores y respetuosa de las normas establecidas para la administración de sus instituciones. Como en ningún otro lugar en el mundo, los clubes de fútbol no sólo cumplen funciones de competitividad en ese deporte, sino que también fomentan y sostienen otras áreas educativas, sociales, culturales y deportivas de otras disciplinas. Esas bases -que nacieron allá por febrero de 1893- lograron que hoy 88 entidades directamente afiliadas y más de 3500 indirectamente afiliadas a la AFA sienten las piedras fundacionales que hicieron de nuestro fútbol una potencia mundial, reconocida en todos los rincones del planeta.

Todas esas instituciones pertenecen a aquellos que sostienen con sus aportes el funcionamiento de sus instalaciones, enalteciendo aquella vieja pero tan vigente frase: “EL CLUB ES DE LOS SOCIOS”. Los clubes del fútbol argentino no nacieron para generar negocios y ganancias para personas que ven en ellos una fuente comercial de ingresos para sus bolsillos personales sino que vieron la luz para aportarle a la sociedad servicios que en otros sectores no encuentra. Las entidades funcionan como diques de contención de miles y miles de chicos/as y adolescentes que son rescatados de la calle para insertarlos en el mundo de la vida sana, de los deportes y hasta de la educación primaria, secundaria y hasta terciaria, en algunos casos. También en su interior se conforman organizaciones que aportan valores de vida a la sociedad, como fundaciones, departamentos de género y equidad, comisiones de inclusión social, áreas de discapacidad, servicios de salud, actividades recreativas para la tercera edad, etcétera…Todo eso, ni más ni menos, se ha logrado edificando desde los fundamentos iniciales de las instituciones: no lucrar sino generar aportes a la sociedad.

Ya lo expresaron todas las entidades del fútbol argentino en forma individual la semana pasada y ahora es el turno de levantar la consigna en forma colectiva desde la Liga Profesional de Fútbol: fiel a su espíritu fundacional, rechazar las sociedades anónimas deportivas y seguir avalando el modelo de asociaciones civiles sin fines de lucro. Este formato, más allá de los aportes sociales, fue el que edificó todas las proezas, logros y posicionamiento del fútbol argentino en la elite del deporte mundial.

La federalización de nuestra competencia es el secreto del éxito en el Mundial de Qatar, teniendo nuestra gloriosa Selección Argentina jugadores oriundos de distintos puntos de país. La organización y reestructuración de nuestras competencias ha posibilitado que actualmente tengamos torneos muy competitivos, en donde en las últimas fechas de la etapa regular de la Copa de la Liga, 21 equipos estén peleando por alguna de las tres instancias decisivas: evitar el descenso, clasificar a copas continentales y/o avanzar a los cuartos de final de la propia competencia.

Esta competitividad y atractivo único que muestra el actual certamen se sustenta en que más del 70% de los partidos de la última fecha (10 sobre un total de 14) deberán disputarse de manera solapada, dado que no hay aún definiciones sobre los clasificados a los play off y acerca del equipo que perderá la categoría. Eso más allá de exhibir en esta temporada el récord histórico de asistencias a los estadios (más de 300 mil personas acuden en cada fecha a los partidos), como así también picos de audiencia inusitados (superando los 9 puntos de rating promedio por fecha, lo que convierte al fútbol nuestro en uno de los productos más consumidos por los televidentes argentinos); o el abrupto aumento de socios en todas las entidades (alcanzando un récord de asociados en la historia del fútbol argentino).

Por todos esos logros y características, los clubes de la LPF ratifican su posicionamiento histórico al formato que lo hizo grande a través de los tiempos: el de asociaciones civiles sin fines de lucro. El mismo que hizo un gigante del mundo al querido y admirado fútbol argentino.