Difícilmente hayan imaginado hasta donde iban a llegar con sus ganas de jugar al fútbol aquellos ferroviarios de fines del siglo XIX. Ellos fueron el puntapié inicial de una pasión imposible de frenar. Rápidamente, la ciudad adoptó a la institución, que desde fines de 1889 se transformó en un pulmón necesario y un generador de ilusiones para sus seguidores y fanáticos.
Entre rieles, galpones, locomotoras y vagones, en medio de una Nochebuena de finales de siglo, nacía Rosario Central. Más que un regalo de Navidad, se convirtió en uno de los motores imprescindibles de la zona. Poseedor de una rica historia que lleva más de 130 años, el club ha dejado una huella imborrable en el fútbol argentino y en la ciudad de Rosario.
Dueño de una de las canteras más prodigiosas del fútbol nacional, muchas de sus figuras fueron llevadas al estrellato con la camiseta de la Selección Argentina. Entre sus principales héroes deportivos aparecen César Luis Menotti, Aldo Pedro Poy, Edgardo Bauza, Cristian Kily González, Ángel Di María y El Matador, Mario Alberto Kempes. Central, cuna de talentos y pasión.
Fundación ferroviaria
El nacimiento del club está ligado al arribo de los primeros ingleses que desembarcaron desde la llegada del buque Englishman en 1864, para trabajar en los ferrocarriles. Los ferroviarios, tanto ingleses como criollos, jugaban al fútbol en los campos aledaños a los galpones del ferrocarril Rosario-Buenos Aires.
En el mes de octubre de 1889 se instaló la idea de fundar un club para la práctica del fútbol. Así fue como, el 24 de diciembre en un café ubicado en la Avenida Alberdi y tras una reunión que congregó a 70 personas entre funcionarios y empleados del ferrocarril, se fundó el Central Argentine Railway Atletic Club. El primer presidente fue Colin Bolder Calder, quien consiguió el terreno para el primer campo de juego, ubicado en el barrio Talleres, cedido por el ferrocarril.
Al principio la sede fue un vagón de ferrocarril, que además cumplía la función de vestuario y, a su vez, de tribuna. En lo que respecta a la camiseta con la que se disputaron los primeros partidos era de color roja y blanca. Luego se optó por el azul y blanco, para terminar en la actual azul y amarilla a bastones.
Cambio de nombre
El primer partido jugado por el Central Argentine fue contra los tripulantes que llegaron en el buque de guerra británico Beagle. El estreno fue con un empate 1-1. La revancha se jugó a los pocos días, y el equipo rosarino ganó 2 a 1. La fusión entre las líneas ferroviarias Buenos Aires y Central Argentino marcó en 1903 un hito en la historia del club, ya que Rosario recibió una notable afluencia de operarios criollos.
Estos, se sumaron de inmediato a la práctica del fútbol y la cantidad de socios subió de 70 a 130. En una asamblea extraordinaria llevada a cabo ese año, Miguel Green, quien además de ser uno de los fundadores y dirigentes, era uno de los delanteros del equipo, propuso que se le permitiera el ingreso a todas aquellas personas que quisieran serlo, pertenecieran o no a la empresa ferroviaria. Además, sugirió también castellanizar el nombre de la entidad.
La idea de Green comenzó a dar sus frutos ya que, al poco tiempo de aprobarse el cambio, el club comenzó a recibir como socios a una importante masa de obreros y trabajadores, provenientes de distintas zonas populares de la ciudad. Además, la institución cambió de nombre al definitivo y actual: Club Atlético Rosario Central.
Empezar a jugar
En 1905 se disputa el primer campeonato de la ciudad, a partir de la creación de la Liga Rosarina de Fútbol -de la que se separó en dos ocasiones, la primera en 1913 y la segunda entre 1920 y 1921-, para la cual el Intendente Santiago Pinasco donó la copa.
Hasta 1925, Central tuvo que variar su campo de juego debido a diversas presiones procedentes de las autoridades del Ferrocarril Central Argentino, quienes habían cedido desde un principio el terreno para la disputa de los partidos. Inclusive, de forma temporaria, jugó en el Club Bolsa de Comercio.
Durante el año 1931 se instauró el profesionalismo y se creó la Asociación Rosarina de Fútbol. Entre ambos períodos, Rosario Central totalizó 13 campeonatos locales y cinco copas nacionales.
Un estadio Gigante
La tarde del 14 de noviembre de 1926 por primera vez en su historia Rosario Central hizo de local en Arroyito y fue nada menos que ante Newell’s. El público agotó las entradas, ya que nadie quería perderse el clásico de la ciudad, que se jugaba por tercera vez en el año. En los dos cotejos anteriores, se había impuesto el equipo leproso. De local, Central tuvo su revancha y se impuso 4 a 2.
Al término del encuentro se observó el festejo de la parcialidad auriazul, que desde ese entonces pasó a ser del conjunto de Arroyito, ya que el club quedó vinculado con el barrio, que lo adoptó como propio. En 1929 se inauguraron las tribunas populares del estadio, que agrandaría su capacidad. Recién en 1951 se compraron los terrenos en donde hoy está el Gigante de Arroyito.
A lo largo de los años, el estadio ha sido objeto de renovaciones y mejoras -la más importante para convertirse en una de las sedes del Mundial 78– para garantizar que se mantenga a la altura de los estándares modernos. Cada rincón está impregnado de la pasión de los hinchas canallas, creando una atmósfera única en cada partido.
AFA y primeros títulos
Si bien durante todo el amateurismo el club participó activamente de las copas nacionales oficiales organizadas por la AFA, fue a partir de 1939, el mismo año de su cincuentenario, que se incorporó definitivamente a los torneos nacionales profesionales organizados por el ente principal del fútbol argentino. Con el correr de los años se transformaría en el primer equipo del interior del país en ser campeón y subcampeón en el profesionalismo de AFA.
En 1942, Rosario Central alzó el trofeo del Campeonato de Segunda División, consagración que repitió en 1951 y 1985; en 2012/13 hizo lo propio bajo el nombre de Primera B Nacional. En Primera levantó su primer trofeo del Torneo Nacional, en 1971. Ganó la Zona B de la fase de grupos: eliminó a Newell’s ganándole la semifinal por 1-0 -con la famosa palomita de Aldo Poy- y derrotó 2-1 a San Lorenzo en la final.
En 1973 repitió la hazaña, quedando en la segunda colocación de la Zona B y ganó el cuadrangular final que disputó junto a Atlanta, River y San Lorenzo. Y en el Nacional de 1980 se consagró por tercera vez: ganó la Zona A, eliminó a Unión de Santa Fe en Cuartos de final, otra vez a Newell’s en semifinales y a Racing de Córdoba en la final.
Dos hitos históricos
En 1985, Central se consagró campeón de la Primera B y retornó a la máxima división del fútbol argentino después de un año. Lo curioso es que en el campeonato de Primera División 1986/87, se quedó con el título y clasificó a la Copa Libertadores. Se quedó con el torneo luego de 38 jornadas disputadas y habiendo logrado un punto más que su máximo rival, Newell’s. Una hazaña que hasta el momento ningún equipo pudo imitar: ser campeón de la B y de la A sucesivamente.
En 1995 levantó el único trofeo internacional en su historia, la Copa Conmebol. Inició el camino al título ganándole a Defensor Sporting de Uruguay (3-1 y 2-1) en Octavos de final, en Cuartos eliminó a Cobreloa de Chile (2-0 y 3-1), en semifinales derrotó a Atlético Colegiales de Paraguay (2-0 y 3-1) y se quedó con el título tras una final épica: cayó 4-0 en la ida con Atlético Mineiro en Brasil, ganaron la vuelta 4-0 en Arroyito y se impusieron 4-3 en los penales. Fue la única vez en la historia del fútbol que un equipo revirtió un resultado desfavorable de cuatro goles en un partido definitorio.
Campeón Siglo XXI
Pese a vivir más altibajos, la importancia popular y futbolística del Canalla se mantiene en el fútbol argentino. En 2018 levantó la Copa Argentina tras ganarle al final a Gimnasia y Esgrima de La Plata en la tanda de penales, tras igualar 1-1 en el tiempo reglamentario.
Y en 2023, coronó una gran temporada, consagrándose en la Copa de la Liga Profesional. Yendo de menos a más, se metió en la fase de playoffs, eliminó a Racing y River por penales, para derrotar 1-0 a Platense en la gran final y alzarse con el trofeo.