El Superclásico por el Torneo LPF 2023 tuvo de todo, pero el final fue lamentable. Además del flojísimo arbitraje de Darío Herrera, jugadores de River y Boca protagonizaron una batalla campal en el terreno de juego que tuvo como consecuencia una lluvia de expulsiones. Para colmo, tras el escándalo se siguió jugando en el encuentro para completar el tiempo adicionado.
En la batahola no solo participaron los futbolistas que estaban en cancha, sino que entraron varios suplentes y algunos ni siquiera estaban convocados, como el caso de Marcos Rojo. El defensor central, que se encontraba en una de los palcos del Monumental, bajó al césped en tiempo récord y formó parte de la pelea que se desarrolló tras el penal que convirtió Miguel Borja.
Es por eso que, según informó Olé, Rojo fue notificado por la fiscalía de Eventos Masivos por “incitar a la violencia”, motivo por el cual se ausentó en el vestuario del Xeneize tras la derrota en el Superclásico. El mismo destino siguió Agustín Palavecino, quien generó el enorme tumulto por haberle gritado el gol del colombiano en la cara de sus rivales.
La fiscalía está a cargo de Celsa Ramírez, personaje de la Justicia que tomó relevancia en los últimos meses a raíz de diversas sanciones a La Bombonera. Incluso recibió la mención de Juan Román Riquelme en una entrevista pública. Hoy, tras lo ocurrido en el Monumental, se le labró actas de contravención a dos de los jugadores que formaron parte de la riña en pleno campo de juego y la situación podría seguir escalando.