Si solamente se tratara de un deseo, el primero de julio Lionel Messi estaría poniéndose una vez más la camiseta del Barcelona para comenzar a olvidar rápido una tormentosa salida de PSG. Pero por momentos el equipo culé no puede lo que quiere y entonces hay otros pretendientes, carentes del afecto mutuo pero abundantes en dinero, que se atreven a pelear por él.
Donde tienen muy claro que no pueden competir desde el afecto es en Al Hilal, equipo de Arabia Saudita que ha ofrecido hasta el momento la oferta más jugosa para que el capitán de la Selección Argentina juegue allí una vez que abandone París. La expectativa, siempre, dependerá de que Barcelona quede impedido de concretar su fichaje.
Para el equipo árabe son días cruciales, porque además de saber si podrá o no contar con Lionel Messi para la nueva temporada estaba buscando cerrar la presente con la gloria máxima en la Champions League de Asia. Finalmente, fue derrotado por el Urawa Reds 1-0 en la revancha y se quedó con el subcampeonato debido a que había igualado 1-1 como local.
En la conferencia de prensa previa a ese encuentro, el entrenador Ramón Díaz ya había sido consultado sobre sus deseos de recibir a Messi en el equipo y las posibilidades de que esto se concrete. "Ahora estamos enfocados en el partido, tenemos una final. Y después de la final, veremos lo que sucede", se había limitado a decir.
La final de vuelta de la Champions League de Asia, que se disputó en Saitama, no tuvo el final que esperaban Ramón Díaz ni los poderosos dueños del Al Hilal, que tal vez vean en Lionel Messi al futbolista capaz de hacer que la próxima temporada ese título no se escape. Terminó la competencia. Es hora de ir por él.
