Miguel Ángel Russo es el elegido por Juan Román Riquelme para hacerse cargo del primer equipo de Boca con el Mundial de Clubes como la primera competencia a afrontar y este mismo martes el entrenador pasó a despedirse del plantel de San Lorenzo, al que guio hasta las semifinales del Apertura 2025 de la Copa de la Liga, para quedar listo para vincularse por tercera vez al Xeneize.
Estando todavía pendiente la rescisión de su contrato con El Ciclón, se espera que el DT pueda hacerse cargo de la práctica que realizará Boca esta tarde y en caso de no lograr a tiempo su desvinculación serán integrantes de su cuerpo técnico quienes encabezarán el entrenamiento en Ezeiza.
En la sumatoria de sus dos ciclos anteriores con El Xeneize, Russo dirigió un total de 115 partidos oficiales y conquistó cuatro títulos, destacando especialmente la Copa Libertadores de 2007, última para la institución, con Juan Román Riquelme como jugador y gran figura. Los títulos restantes los obtuvo en su segundo ciclo, que ya con Riquelme como dirigente terminó de manera abrupta tras una seguidilla de 10 partidos sin victorias. Antes de ese desenlace poco feliz, ganó una Liga, una Copa Argentina y una Copa de la Liga.
El escenario de inicio del tercer ciclo es cuanto menos convulsionado, de emergencia, y allí se explican las desprolijidades que provocaron que las versiones de su arribo se echaran a correr cuando estaba jugándose instancias decisivas en la Copa de la Liga con San Lorenzo. Y le presentará, en el corto plazo, un mínimo de cinco desafíos que le requerirán hacer uso de toda su experiencia.

Russo y Riquelme deberán trabajar para poner fin a una importante sequía en Boca.
Mundial de Clubes y la exigencia de un papel digno
El hecho de compartir el Grupo C con dos equipos europeos como Bayern Munich y Benfica, más allá del respiro que ofrece la presencia de Auckland City para compensar, ya planteaba para Boca una muy exigente primera fase llegara como llegara en la previa. Sin competencia internacional desde hace meses, por no haber podido superar a Alianza Lima en el Repechaje clasificatorio a la fase de grupos de la Copa Libertadores, y habiéndose quedado eliminado con justicia en cuartos de final del Apertura 2025 ante Independiente, el nivel futbolístico actual no invita a soñar con grandes hazañas en ese sentido.
Por esa misma razón, teniendo en cuenta además que no le sobrará tiempo de preparación y que su estreno oficial se dará en plena competencia, la exigencia para Russo en el certamen internacional FIFA que se celebrará en Estados Unidos es hacer una tarea digna, no pasar papelones, y de ser posible alcanzar la clasificación a octavos de final. Si lo consigue, todo lo demás serán puntos bonus para el inicio de su ciclo.
Renovar el vestuario
Otra tarea que tendrá Russo como punto de partida es la reestructuración de un vestuario que ya se mostraba desgastado en su relación con Fernando Gago y que también ha sufrido el desgaste en el vínculo entre algunos de sus referentes. En ese sentido, su palabra tendrá peso en materia de altas y bajas en el mercado, pero también una función determinante a la hora de convencer a los que están hoy de la necesidad de fortalecer esos vínculos y reducir los conflictos en pos de un objetivo común.
Clasificar a la Copa Libertadores
En Boca no quieren ni pensar en la posibilidad de que 2026 vuelva a encontrarlo sin la posibilidad de participar del cuadro principal de la Copa Libertadores. Hacer a lo largo del Clausura 2025, también vía Copa Argentina, lo necesario para garantizar ese cupo pasa a ser entonces una obligación más que un desafío. Cabe destacar que los seis cupos para representantes argentinos se repartirán entre los campeones de Apertura, Clausura y Copa Argentina 2025, más los tres mejor clasificados en la tabla general de la temporada, excluyendo a quienes ya lo hayan logrado por alguna de las vías anteriores.
Ganar el Superclásico
Salvo que Boca logre conquistar el Mundial de Clubes, lo que sería una hazaña completamente inesperada, Miguel Ángel Russo deberá afrontar el primer Superclásico de su tercer ciclo en el club sin haber tenido la posibilidad de ganar anteriormente un título que respalde el proceso. En ese sentido, perder ante River en el Clausura podría ser un golpe duro para el DT y el plantel.
Siempre, en ese caso, las circunstancias tendrán gran influencia y el después dependerá en gran parte de cómo haya llegado El Xeneize a dicho encuentro. Pero el desafío siempre será ganarlo, porque se disputará en La Bombonera y porque acumula dos derrotas consecutivas en los últimos enfrentamientos.
Salir campeón
Para no tener que hacer cuentas hasta final de temporada en busca de la clasificación a la Copa Libertadores, pero fundamentalmente porque es urgente poner fin a una racha de más de dos años sin títulos, Russo necesitará coronar en alguna de las competencias que afrontará Boca antes de fin de año, siendo la más inmediata el Mundial de Clubes, encontrándose en carrera en Copa Argentina y pudiendo iniciar de cero en el Clausura de la Copa de la Liga.

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