Un gran momento está viviendo Nicolás Jarry, flamante campeón del ATP 250 de Ginebra y que de paso es el tercer campeonato que consigue en su carrera y que le permitirá llegar al número 35° del ranking en la antesala de su debut por Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada.
Pero sin lugar a dudas, quien se robó la película durante toda la semana en Suiza, fue Juan Jarry, el pequeño hijo del mejor tenista chileno del momento, de poco más de un año, que entiende todo lo que ya está pasando, pese a su corta edad.
Aplaude, grita, ríe, observa. Esos fueron los gestos de Juanito junto a su mamá, quienes acompañaron todos los días a Nicolás en su periplo y en la jornada donde venció en la final al búlgaro, Grigor Dimitrov, no fue la excepción.
No obstante, tras consumado el triunfo, Nicolás fue a saludar a todo su equipo de trabajo y a su familia, entre ellos, a su pequeño retoño y le dio el regalo más preciado en ese instante, su raqueta.
Juanito la recibió con una sonrisa, sabiendo de qué se trata y por qué no, comienza a cimentarse la carrera de un nuevo campeón.
Es lo que deja el título de la raqueta número uno nacional que ahora se apresta para debutar en Roland Garros ante el boliviano Hugo Dellien, donde será el único exponente chileno en el certamen.