Christian Giménez vivió una noche única, sensacional, emotiva e inolvidable en el Estadio Hidalgo de Pachuca, aunque no solamente por haber estado rodeado de seres queridos en su partido de despedida.

Es que el Chaco ¡hasta jugó de portero! y realizó una atajada brillante ante un remate fuerte y esquinado del ex-Tigres, Damián Álvarez.

El ofensivo argentino naturalizado mexicano no se preocupó por medir apenas 1.70 m. y voló abajo hacia su izquierda y desvió el disparo ante las risas de su compatriota.

Apenas se iniciaba el segundo tiempo y el inmueble de los Tuzos estalló en ovación y aplausos para Giménez, quien lloró al final de la noche.

Después de ello, no pudo más y pidió su cambio para que ingresara Armando Navarrete, con quien compartió equipo en el histórico Veracruz de 2004.