En 1997, la selección nacional de Jamaica se estaba preparando para las eliminatorias mundialistas de Francia 1998 y eligieron a los Toros Neza como uno de los equipos a enfrentar antes de emprender las clasificatorias. Lo que sucedió luego, es uno de los bochornos más grandes del futbol mexicano. 

"Llegamos a una cancha que era espantosa. Los árbitros no llegaron y mandamos a llamar a los que estaban en otra cancha, de barrio”, comenzó relatando Miguel Herrera, dando una perspectiva de lo tragicómico que comenzaba la situación aquella tarde de abril. 

En diálogo con Fox Sports, el Piojo continuó “En la primera jugada se la tiraron a Germán (Arangio) y le pegaron una patada. En el minuto 12 o 13 ya no era futbol y arrancó la bronca histórica que todos nos acordamos. Al Pony le dieron un golpe por la espalda que lo durmieron. Fue una locura, no se tendría que haber jugado. Sólo nos sirvió para hacer sparring de boxeo”, rememoró el actual entrenador del América, quien supo estar involucrados en varios hechos similares durante toda su carrera profesional.  

Quizás, Rodrigo Pony Ruiz fue el más perjudicado de aquella batalla campal que recorrió el mundo, quien advirtió que el golpe que recibió realmente lo afectó: “No me estaba haciendo güey, me noquearon, así de plano”, sostuvo.

 

Finalmente, todos los diarios nacionales amanecieron al día siguiente con aquella bronca que perdurará, lamentablemente, mucho tiempo más. De hecho, ya han pasado 13 años y los protagonistas se acuerdan como si hubiera sido ayer.