Ángel Di María aprovechó un tremendo fallo de Renan Lodi y, tras un control dirigido, el balón quedó servido para su pierna izquierda, que con una caricia y una picada, por encima de Ederson, anotó el solitario tanto con el que la Albiceleste se coronó.
Y es que el Fideo ya lo había hecho:
En las Olimpiadas Beijing 2008, Argentina disputó la final del fútbol contra Nigeria, al minuto 58, Di María le hizo un sobrero al arquero Ambuze Vanzekin y marcó el único tanto con el que se colgaron la medalla dorada de la modalidad en el evento celebrado en territorio asiático.
Ahora, como si fuera un presagio de la vida, Angelito, nuevamente se despachó con un ‘sombrerote’, que sin duda significa uno de los goles más importantes de la historia de Argetina, ya que se quedaron con el título, en el histórico estadio Maracaná, de Río de Janeiro, en el que por excelencia es el recinto sagrado de los brasileños.
También siginifica mucho ya que es el primer trofeo que levanta Lionel Messi con su seleccionado. Durante muchos años de juego con su equipo nacional jamás había ganado algo; este 10 de julio quedará para la historia ya que se rompió el maleficio.