Desde que Gustavo Alfaro sumió como entrenador de un Boca constituido en base a fichajes, muchos de ellos de discutible rendimiento, se empeñó por revalorizar a aquellos futbolistas que vinieran trabajando desde las divisiones inferiores del club, como para nutrir a su equipo de una identidad bien Xeneize.
Así, ganaron lugar en sus alineaciones, siempre cambiantes, jugadores como Agustín Almendra, Nicolás Capaldo y Marcelo Weigandt. Este último, cargó con la responsabilidad de ser titular ante River en el Monumental, por la ida de semifinales de la Copa Libertadores, y un mes después pasó a jugar con la Reserva.
Así de loco era el Mundo Boca que tantas críticas le valió a Gustavo Alfaro, más allá de que los resultados deportivos fueron aceptables por haber dejado al equipo entre los cuatro mejores de Sudamérica y segundo en la Superliga, a un punto de Argentinos.
Con la llegada de Miguel Ángel Russo, consecuencia del arribo de una nueva comisión directiva que tiene a Juan Román Riquelme como cabeza en lo que a lo exclusivamente futbolístico se refiere, Marcelo Weigandt parecería correr muy de atrás a la hora de pensar en un equipo de base.
Es por esto que, pese a haber renovado su contrato hace apenas un mes, el defensor lateral podría tener que buscarse nuevos rumbos. Por suerte para él, candidatos no le faltan ya que han preguntado por él Rosario Central y Estudiantes, en la Superliga, así como Botafogo y Atlético Paranaense de Brasil.
La intención de la directiva Xeneize es que Weigandt se vaya cedido, aunque no descartarían la posibilidad de venderlo si llega una buena oferta desde Brasil. Cubiertos están, porque la gestión Angelici le dejó al jugador una cláusula de rescisión de 15 millones de euros.