Cuentan que el secreto de los grandes delanteros no es otro que el de la perseverancia ante las adversidades.

Karim Benzemá puede dar cátedra sobre eso. Víctima de las constantes críticas en el siempre exigente Real Madrid, se convirtió en el faro de un equipo que no encuentra el rumbo.

El francés fue el autor del empate parcial de su equipo ante el Eibar con un cabezazo potente que el arquero visitante no pudo detener.

 

Tras el centro de Marco Asensio, el Gato cabeceó de pique al suelo y le dio un poco de esperanza a un Santiago Bernabéu impaciente. 

El VAR le había anulado dos tantos al punta, quien ahora va por el 2 a 1 que lo vuelva a confirmar como el salvador del equipo de Zinedine Zidane.