Fue 4-0 y pudo ser mucho más. Al Manchester City le sobró por todas partes para desembarazarse del modesto Fulham y avanzar de ronda en la FA Cup.

Pep Guardiola ni siquiera necesitó de recurrir a dos de sus máximas figuras, porque Sergio Agüero y Kevin De Bruyne se quedaron sentados en el banco de suplentes. Quien sí ingresó a jugar el complemento fue Raheem Sterling.

Pero las acciones estaban definidas desde mucho antes, no por el abultado marcador sino por la solvencia con que los Citizens transcurrían los minutos en ventajas sin ningún tipo de sobresalto.

Apenas seis minutos habían transcurrido cuando Ream cometió penal, dejó al Fulham con uno menos y permitió a Gündogan cambiar por gol la ejecución de la pena máxima y abrir el marcador.

A los 19, asistido por la joya Phill Foden, quien aprovechó a aumentar la diferencia fue el portugués Bernardo Silva, con un autentico golazo.

Ya en el complemento, Guardiola decidió dejar en el campo a Gabriel Jesús para que pudiera recuperar la confianza goleadora que le estaba faltando. Y el brasileño pagó con dos tantos en tres minutos para sentenciar el 4-0 definitivo.