El crédito de Ernesto Valverde en Barcelona parece ilimitado, o por lo menos desmedido. Más si se lo ve en el banco de suplentes después del papelón de Roma hace dos temporadas y de la remontada de Anfield en mayo.

En tiempos pasados, Lionel Messi salvó mil y una veces la imagen del entrenador y ganó él solo los partidos. Esta vez, que está regresando de una lesión, no puede hacerlo.

Tras el empate contra Borussia Dortmund por Champions League, el Barça visitó al Granada y hasta Valverde lo había subrayado en la conferencia de prensa previa: a su equipo le cuesta el doble jugar de visitante.

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El partido le dio la razón al minuto al entrenador: Ramón Azeez abrió el marcador y empezó temprano hoy la pesadilla para la visita.

En el segundo tiempo, Valverde metió manotazo de ahogado y salió a jugar con Messi y Ansu Fati, pero ni así pudo cambiar la historia.

 

Para colmo, Arturo Vidal metió una mano gigante y Álvaro Vadillo anotó el 2-0 desde los doce pasos.

De cuatro partidos de visitante que jugó Barcelona esta temporada empató dos y perdió dos. No obstante, lo más preocupante, es que en ninguno fue superior y en todos mereció el resultado.