Ramiro Funes Mori tuvo una infancia muy lejana al fútbol argentino. Junto a Rogelio, su hermano mellizo, se criaron cerca de la MLS y recién en 2008 se probaron en River, para en 2009 ya ser parte del club.
Pero el sentimiento riverplatense lo lleva desde siempre, siendo su equipo favorito en Argentina con un profundo amor hacia el mismo. Durante la peor época del club Millonario en su historia, probaba el gusto de la Reserva sufriendo como todo hincha cada momento que rodeó al descenso a la segunda categoría.
Fue en la misma donde el central debutó, bajo el mando de Matías Almeyda, en una goleada 4-1 ante Gimnasia de Jujuyen noviembre del 2011. Logró el ascenso ya dentro del plantel y luego se consolidó en los once titulares hasta el punto de tocar el cielo con las manos, ganando la Copa Libertadores en 2015.
Pero claro, el fantasma de la B, ese maldito que los hinchas de Boca tanto disfrutan mostrar en la cara de todo el resto de los equipos, lo conoció bien de cerca.
Con todo lo conseguido luego, bajo el mando de Ramón Díazprimer y de MarceloGallardo después, y viviendo como hincha la victoria ante Boca en la final que se jugó en el Bernabéu ya como jugador con experiencia en Europa, parecía dejar atrás ese miedo.
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Pero en el Villareal, Ramiro vuelve a experimentar la sensación de un fantasma que parece perseguirlo a donde va: están anteúltimos en la tabla de La Liga, habiendo ganado 3 partidos sobre 19 jugados.
Falta mucho, sí. Pero la realidad futbolística del Submarino Amarillo es muy mala, perdió esta mañana ante el Getafe,y sabe que son los últimos 3 equipos de la tabla los que estarán condenados a la segunda división española. Veremos como sigue la historia…