Después de la goleada 7-1 ante el Deportivo La Coruña, desde la cual el Real Madrid buscará construir un camino victorioso que lo saque del letargo que atraviesa en la temporada, Zinedine Zidane se dispuso a afrontar la que creyó sería la rueda de prensa más tranquila de su tormentoso inicio de año. Sin embargo, los cuestionamientos por haber dejado, una vez más, a Isco en el banco de los suplentes terminaron por descolocar al entrenador.

"No pienso que cueste menos sentar a Isco que a los demás. La pena es que siempre me preguntan cosas un poco raras. Para mí es un jugador muy importante y siempre lo va a ser", expresó Zizou, en declaraciones que recordaron al modo en que el entrenador intentaba valorar a James Rodríguez cada vez que lo marginaba del equipo.

Pero de inmediato quedó claro que para Zidane, Isco es un jugador más de la plantilla y no uno de sus protegidos: "En mi posición de entrenador, tengo que tomar decisiones. Mi trabajo también es dejar fuera a algunos jugadores", argumentó.

Explicaciones muy similares terminaron en la salida de James Rodríguez rumbo al Bayern Munich, pese a que los aficionados y muchos futbolistas de la plantilla se habían manifestado en favor de que el colombiano pudiera permanecer en la Casa Blanca. Y parece que Zizou está cada vez más empeñado en marcarle a Isco el mismo camino, ese que meses más tarde muy posiblemente vuelva a lamentar.