Dicen las malas lenguas que Yerry Mina llegó mareado al Camp Nou, sede del partido revancha de octavos de final de la Champions League entre Barcelona y Chelsea.

¿Y cuál fue el motivo? Ni más ni menos que Lionel Messi, que volvió loco al colombiano en el último entrenamiento del equipo culé previo al encuentro.

Ahora, también podrán decir que Yerry Mina aprendió a bailar un nuevo ritmo y que su maestro fue nada menos que el mejor futbolista del planeta.