Josep Guardiola, con su fenomenal trabajo en Barcelona, inició una nueva era de éxito basado en la posesión de la pelota. Conjugó tenencia con profundidad y efectividad, algo que muchos quisieron imitar pero pocos pudieron.
De hecho, en esta Copa del Mundo de Rusia 2018, está quedando demostrado que no sirve de nada contar con la posesión del esférico si esa “ventaja” se utiliza para lateralizar permanentemente o jugar para atrás.
Los números hablan pos sí solos: España (71,3%), Alemania (67,3%) y Argentina (62,8%) fueron los tres seleccionados que más tuvieron la pelota hasta acá. Los tres ya quedaron eliminados del Mundial.
El dolor de Mats Hummels ante Corea del Sur.
Pero eso no es todo. La Copa del Mundo lleva tres compromisos correspondientes a los octavos de final, y, en todos, el vencedor fue el equipo que menos posesión de balón tuvo: Francia (39,8%), Uruguay (32,7%) y Rusia (21%).
Como consecuencia, la ecuación es simple. Contar con el dominio de la pelota es absolutamente provechoso siempre y cuando exista profundidad y no se utilice la posesión de manera intrascendente, a 50 metros del arco rival.
Foto de Lionel Messi, jugador de la Selección Argentina.