Deontay Wilder tuvo tres oportunidades de vencer a Tyson Fury, pero no lo consiguió en ninguna de ellas. A los dos primeros combates llegó como campeón mundial de peso pesado del CMB. Retuvo el título tras el primer cara a cara que finalizó con empate en las tarjetas, pero lo perdió en el segundo siendo noqueado en el séptimo asalto.
Así, después de una espera de más de un año y medio, llegó a la trilogía como retador. Lo tuvo al borde del nocaut en el cuarto asalto, cuando lo envió dos veces a la lona. Pero Fury, que también lo había derribado ya en el tercero; terminó noqueándolo en el undécimo para retener así el cinturón y mantener su invicto.
En esa tercera pelea, el británico tuvo una clara estrategia que consistió en ir desgastando la resistencia de Wilder en cada clinch, tirándole todo su peso encima para quemarle piernas. El estadounidense aseguró haber sentido ese desgaste y cree que algo muy similar podría pasarle a Oleksandr Usyk, considerablemente más pequeño, si finalmente se enfrentan por el campeonato mundial indiscutible de peso pesado.
El ucraniano viene de vencer en la revancha a Anthony Joshua por decisión dividida y dijo que de momento no le interesa hacer otra pelea que no sea ante El Rey de los Gitanos, quien por su parte se dijo dispuesto a hacer a un lado la decisión de retirarse del boxeo profesional para enfrentarlo.
“Creo que Fury será demasiado grande para él. Simplemente le gusta usar su tamaño todo el tiempo y muchas otras cosas. Creo que Usyk es demasiado pequeño. Y creo que Usyk también tiene problemas de resistencia”, expresó Wilder en relación a esa pelea, en diálogo con Seckbach.