Después de más de dos años de inactividad, que entre otras cosas provocaron que perdiera en las oficinas de la Asociación Mundial de Boxeo su título de campeón Súper de la división de peso wélter, Manny Pacquiao había tomado un enorme desafío acordando un combate ante Errol Spence, dueño de los cinturones de la FIB y el CMB, además de considerado uno de los mejores cinco peleadores libra por libra de la actualidad.

Sin embargo, dos semanas antes de la fecha prevista para el combate el campeón mundial estadounidense debió bajarse del mismo luego que exámenes médicos determinaran que había sufrido un desprendimiento de retina en el ojo izquierdo que no solo le impediría pelear sino que además debía llevarlo al quirófano.

Para que la fecha del próximo sábado 21 de agosto en la T-Mobile de Las Vegas no se caiga, se resolvió rápido que Pacquiao se mida en el combate estelar ante Yordenis Ugas, que es precisamente el dueño del cinturón que la AMB le arrebató. Y mientras se prepara para el regreso estelar fue que el filipino soltó una frase que no quería escuchar ningún fanático del boxeo.

"Todo es secreto, por supuesto. Estoy entrenando y desafiándome a mí mismo todos los días y estoy inspirado para rendir al máximo debido al hecho de que esta podría ser mi última pelea. Nunca he hecho predicciones. Siempre subo al ring listo y preparado para todo. Todo está en juego ya que esta podría ser mi última pelea. Bien podría terminar la carrera con una actuación espectacular", dijo en diálogo con Betway.

Y agregó: "Me siento muy bien. Mi equipo tiene plena confianza en mis capacidades incluso a los 42 años y notan que todavía tengo lo que se necesita para enfrentar a oponentes de élite. Aunque el período de recuperación de un jugador de 42 años puede no ser el mismo que el de un peleador de 25 años, todavía amo lo que estoy haciendo. Disfruto entrenar y aprendo más sobre mí todos los días".