“Queremos ganar”, dijo Charles Leclerc. “Lo siento, Checo”, agregó Carlos Sainz. En el equipo Ferrari hay grandes expectativas depositadas en el Gran Premio de México que se correrá este domingo en el Autodromo Hermanos Rodríguez y ya hicieron una auténtica declaración de intenciones como carta de presentación.
Pero el monegasco y el español no solo llegaron a suelo mexicano para arruinarle la fiesta a Sergio Pérez, que se ilusiona especialmente con conseguir una victoria en casa que lo encamine a quedarse con el segundo lugar en la tabla de pilotos. También han disfrutado de la calidez de los fanáticos e incluso fueron invitados a comer dulces típicos.
“¿Son para que seamos más lentos y gane Checo, verdad?”, dijo riéndose Charles Leclerc, quien tras el Gran Premio de Estados Unidos volvió a arrebatar al mexicano la segunda posición en la tabla de pilotos. “A los mexicanos les digo, gracias por el cariño y una disculpa porquevoy a tratar de vencer a Checo Pérez”, había bromeado ya sobre la carrera.
Carlos Sainz fue el primero en atreverse a probar de la bolsa de dulces y su rostro se puso más rojo que la indumentaria de Ferrari cuando escogió el de tamarindo. Mejor parece haber sido la experiencia con el que eligió Leclerc, pues su devoluvión fue “muy bueno, un poquito picante”, en un fluido español.
Eso sí, el monegasco no aceptó que el español lo convidara del que él había probado y le explicó que era porque no le había gustado la cara que puso cuando lo probó.