Tras haber disputado el Mundial de Qatar 2022 a los 39 años, la vida de Dani Alves tuvo un giro de 180 grados. El defensor que militaba en Pumas en aquel momento está detenido de forma preventiva tras haber sido acusado de violación a fines de diciembre.
Desde el 20 de enero, el lateral brasileño está en el pabellón 13 de la cárcel de Brians 2, en Barcelona. Es que fue en aquella ciudad, en una discoteca, en dónde se habría dado el hecho delictivo. Mientras tanto, sus abogados trabajan para que recupere la libertad hasta que se resuelva su situación.
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La llegada del exfutbolista de Barcelona al penal revolucionó al resto de los presos y a los empleados del complejo y la situación escaló cuando Dani Alves decidió despejarse con un partido de fútbol informal junto a sus compañeros de pabellón.
Es que el de la Canarinha está recluido junto a sospechosos de abusos sexuales a menores y junto a ellos afrontó el partido. Desde el pabellón 14, los demás reclusos se acercaron del otro lado de un vidrio, que permite visibilizar al tro módulo.
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Pero no fueron sólo presos los que hicieron de espectadores mientras Dani Alves desplegaba su juego, también pararon a verlo directivos de la cárcel y funcionarios penales, tal como detalló La Vanguardia sobre el partido que revolucionó a penal.