Poco a poco se empieza a disipar el dolor que dejó el payasesco baile de Andrew Redmayne ante Alex Valera, cuando el seleccionado peruano falló su penal ante el australiano y dejó a la Bicolor sin Mundial. Aún se sufre, pero el tiempo cura todo.
Justamente quien falló el último lanzamiento, Valera, es protagonista de esta columna de opinión, debido a que es el último de muchos jugadores peruanos que han tomado la misma decisión: irse al pobre pero a la vez millonario fútbol árabe.
La carrera de los futbolistas es corta, eso lo sabemos todos, y deben procurar por su futuro y el de su familia, situación que muchas veces perjudica a otros, en este caso a la selección peruana, debido a que el nivel por allá donde los camellos son “locales” es bajo, por decirlo de una manera elegante.
Irse al fútbol de Medio Oriente, ya sea Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes, etc, es apostar a ganar mucho dinero con un gran contrato, pero olvidarse del roce internacional, de los partidos con intensidad, de los rivales con cracks en sus plantillas. Es ir a ganar plata y perder nivel, aquello está comprobado.
Las estrellas en las ligas árabes son jugadores brasileños que nunca pudieron dar el salto en la élite (Romarinho o Anderson Talisca, por ejemplo), o europeos que vienen de vuelta, como el francés Gomis, por nombrar a algunos. Ir allá es olvidarse de los enfrentamientos con la presión alta, con duelos intensos, como se dan en las eliminatorias sudamericanas, lo que genera que el rendimiento baje, y muestra de ello es Christian Cueva, quien desde que se fue a Al-Fateh, mismo equipo de Alex Valera, ya no es el mismo estandarte que espera la selección peruana.
André Carillo también está allá, y su nivel bajó. Uno de los mejores de la Liga 1, Christofer Gonzáles, se fue a ganar plata a Al-Adalah, lo mismo que Valera, situación que pone en encrucijada al futuro DT de la selección, porque Juan Reynoso o el que llegue ya sabe que dichos jugadores no tendrán el mismo roce que otros, como Lapadula, Tapia o el propio Edison Flores, quienes están en competencias más importantes.
En los últimos años el gran enemigo de la selección peruana está muy lejos, allá en Medio Oriente, y los árabes se siguen llevando jugadores nacionales sin parar… Ojalá que no nos duela aquello en el camino al Mundial de Qatar 2022.
