Este jueves, la Selección Peruana se fue con las manos vacías de Buenos Aires. En un partido que la Blanquiroja pudo empatar con disparo desde el punto de penal, los de Ricardo Gareca perdieron por el único gol de Lautaro Martínez en la parte final del primer tiempo.
El encuentro, hay que decirlo, tuvo muchas acciones en la que se demostró la actitud de cada jugador hacia el rival y hacia la autoridad del árbitro. Rodrigo de Paul, por ejemplo, desde el primer minuto se quejó de que lo toquen. Le pasó con Cueva y Aquino.
Lo mismo pasó con Paredes, quien es especialista en pegar, pero cuando lo tocan pega el grito en el cielo. Así, todos tenían un aura de divos en la primera mitad. Venían en su mejor momento, se sienten el mejor equipo del mundoy están agrandadísimos.
En la segunda mitad, sin emabrgo, cuando las cosas se complicaron su glamour se fue perdiendo. El penal de Yoshimar Yotún fue un claro ejemplo. Como el Dibu Martínez contra Colombia, en esta ocasión fue Otamendi y Romero quienes le gritaron en la cara al zurdo tras el fallo de su penal. Obviamente, esto es completamente reglamentario, pero hay que decirlo, no sirve para nada más que para demostrar, pretender y molestar al rival.
Tras esa acción, las críticas no tardaron de llegar. Los llamaron arrogantes y cuestionaron su espíritu deportivo. Sin duda, hay que saberganar y saber perder. Otros solo priorizaronel resultado y los justificaron. En fin, acá les dejamos algunos comentarios ¡Polémica!







