Paris Saint Germain es el club del momento en Europa y el mundo. Los fichajes de Lionel Messi, Gianluigi Donnarumma, Sergio Ramos, Hakimi y Georginio Wijnaldum hacen a los franceses el máximo candidato a todo la próxima temporada. ¿Cómo puede ser que en tiempos de crisis por el coronavirus, el Fair play financiero no pese en el mercado realizado por Nasser Al-Khelaifi?

Habíamos comentado semanas atrás sobre la durísima situación económica de la Ligue 1, donde varios clubes no tienen garantizada su supervivencia y donde las deudas superan los 1400 millones de euros desde que iniciase la pandemia. En medio de todo esto, la federación francesa tomó la decisión de abrirse más que nunca al dinero extranjero y a la inversión en el fútbol de la Galia.

Algo que nos lleva directamente al siguiente punto a tener en cuenta. Tanto UEFA cómo la Ligue 1 anunciaron cambios en el Fair play financiero para la próxima temporada. Desde el ente manejado por Ceferin anunciaron que tendrían que bajar un poco la guardia de cara a que los clubes pudiesen sustituir y el dinero no quedase estacando. Por su parte, la Ligue One lo suspendió hasta 2023.

Es gracias a esto que de momento, Paris Saint Germain podrá juntar en el campo a Lionel Messi, Kylian Mbappé y Neymar por un valor cercano a los 200 millones en sueldos. La Ligue One tampoco evitará que se paguen millonarias comisiones a agentes cómo Minio Raiola o Jorge Mendes. La ecuación es clara, que el dinero se mueva y que los clubes no mueran.

Pero ojo, por que no todo es color de rosas para Al-Khelafi y Leonardo. Si bien tanto FIFA como la federación les dejarán fichar sin problemas hasta diciembre de 2023, a partir del 1 de enero de 2024 tendrán que hacer cuentas y justificar con multimillonarias salidas sus presupuestos. De aquí hasta que esto suceda, el Parque de Los Príncipes seguirá siendo nueva casa de las estrellas en cada mercado.