La reproducción de las imágenes de Gonzalo Higuaín con un típico gesto de cansancio en pleno campo de juego, sumado al desenlace negativo para Jueventus de la final de la Champions League, generó el fastidio de muchos aficionados y la burla de otros.
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Y sí. La exageración de cualquier simple circunstancia en torno al fútbol empezó ya a superar cualquier límite en tiempos en los que nada escapa de los ojos de las telecomunicaciones y en los que a los deportistas de élite parecieran no perdonárseles ser tan humanos como el resto de la especie.
No hay otra explicación sino para entender que un simple bostezo de Gonzalo Higuaín en el campo de juego, durante la final de la Champions League entre Juventus y Real Madrid, haya tomado semejante dimensión.
El blanco fácil que se volvió el Pipa en las redes, sumado a un desenlace negativo para su equipo en la definición del torneo más importante de Europa, derivó en el fastidio de muchos aficionados y en la burla de otros. Difícil de explicar.