Nicolás Burdisso llegó a Boca con una mochila muy pesada. Como jugador del Xeneize consiguió mucho y hoy es Angelici quien lo trae de nuevo a su casa para, en principio, elegir el nuevo entrenador del club.

En el puesto de mánager, deberá hacer en el equipo de La Ribera lo mismo que llevó a River rumbo a la gloria máxima: repatriar algunas grandes glorias para generar un buen clima institucional.

Porque quien no reconoce que lo del Millonario en estos últimos años no solo se trata de éxitos deportivos si no de un proceso mucho más grande a nivel interno, no está viendo el mapa completo.

Enzo Francescoli asumió el rol de mánager hace años y fue, de hecho, el que trajo a Marcelo Gallardo, otro exjugador de los Núñez, como entrenador. Ariel Ortega se posicionó cerca de la reserva para así, transmitir su experiencia a los más jóvenes. Norberto Alonso camina los pasillos del club colaborando a nivel dirigencial con lo que esté a su alcance.

Es algo más simbólico, no se ven resultados inmediatos y por un momento, puede parecer ridículo. Pero los logros de River no solo se refugian en la genialidad de su director técnico, si no también en una institución que entendió el deporte como algo más que buscar conseguir 3 puntos en cada partido.

Burdisso llega a Boca con una mochila muy pesada. Y no deben reclamarle, a los pocos meses, un cambio notorio. De tomar las decisiones correctas y no precipitarse en el mal momento del club, para el Xeneize puede empezar una nueva y gran época.