Comanda el último batallón del ascenso aún en carrera. Diego Martínez y sus dirigidos lograron una hazaña épica: Estudiantes (BA) se metió entre los primeros cuatro del torneo federal argentino.

No es poco. El hombre surgido en el ascenso, con varios años batallando desde el banco con equipos de la segunda división, hace jugar a su a su equipo como jugaba él por allá en 2001, con criterio en el manejo de la pelota, siempre en avance y con buena pegada.

Es difícil saberse el último de "los chicos" y aun así encarar para adelante, armarse una línea de tres en el fondo e ir a dar vuelta un partido cuando enfrente tenes al próximo finalista de la copa Sudamericana. Martínez apostó, lo ensayó en algunos momentos en encuentros de la B Nacional y le dio resultado. Por qué no arriesgarse.

Tomo impulso y se mando

Pegó primero y rápido, con eso de pillo que tienen los jugadores del ascenso. Lo bajaron del festejo y se le fueron arriba, pero no se achicó. Intentó siempre. Diego Martínez mandó a buscar a sus jugadores y ellos a cambio le respondieron con orden. Aunque se quedaban afuera ya casi en el final, con el último aliento remontó y forzó los penales. Sumó un respiro más y lo ganó. 

Es cierto que el fútbol se hace con buenas y malas decisiones (Colon tuvo muy malas), pero Estudiantes supo tener todos los jugadores en la cancha con el mismo objetivo, con fútbol vistoso. Es cierto, un juego más sucio, entendible sabiendo en qué césped se paran estos chicos cada semana, pero de altura, quizás por eso es que gusta tanto la Copa Argentina.

Se viene la Mejor

Quizás Diego Martínez se consagre como un modelo a escala de un grande de América y ya hace bastante que venimos hablando de la época Gallardista. Los de Caseros se verán con River en semis de la Copa Argentina en el conocido “mata mata” y es ahí donde creo que estará el aprendizaje. Estudiantes hizo todo bien y llegó al objetivo, ahora sólo queda disfrutarlo.