Desde su salto al estrellato con los Chicago Bulls, Michael Jordan ha sido considerado el mejor jugador de todos los tiempos. Sin embargo, parece que las nuevas generaciones necesitaban un pequeño recordatorio de por qué el número 23 fue el más grande incluso ante los ojos de otras leyendas del juego.
En este sentido, el documental The Last Dance sirvió para dar un pequeño abrebocas de la grandeza de Jordan, especialmente durante una entrevista con el mítico Larry Bird de los Boston Celtics, quien se refirió al escolta como “Dios disfrazado de Michael Jordan”, después de que este los humillara con 63 puntos.
Larry Bird – Getty
Los Celtics de Bird eran el equipo a vencer en la Conferencia Este, mientras que los Bulls apenas habían logrado clasificarse a la postemporada después de que Jordan se perdiera 64 partidos. Tras perder el primero de la serie en el TD Garden, el 23 enfurecido mostró su desespero y determinación por volver a meter a su equipo en contienda.
Jordan terminó humillando a los mejores defensores de los Celtics como Dennis Johnson y Bill Walton, desplegando lo mejor de su repertorio ofensivo y poniendo a Boston contra las cuerdas hasta bien entrado el último período. Al final, los Bulls no pudieron conseguir el triunfo, pero Jordan cumplió sus responsabilidades con honores.
Bird era en ese entonces considerado el alero más destacado de la historia de la NBA y era el pilar fundamental de unos Celtics que se perfilaban como el equipo más dominante del momento. Sin embargo, ninguno había visto nunca algo siquiera similar a Jordan sobre un tabloncillo de NBA.